Hoy se celebra el Día Mundial del Melanoma para visibilizar este tipo de cáncer de piel, que es el más agresivo y el que mayor letalidad presenta dentro de las lesiones cutáneas. Como cada 23 de mayo, los dermatólogos aprovechan la señalada fecha especialmente para concienciar sobre su prevención, ya que sólo en España el melanoma afecta a 16 personas por cada 100.000 habitantes, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Estas cifras confirman que la enfermedad está en aumento, así que hay trabajo por hacer para reducir su incidencia al mínimo posible entre la población. Ana Molina, dermatóloga y Directora de Comunicación de la Academia Española de Dermatología y Venereología está de acuerdo como experta en que “el sol es necesario para nuestra salud y tiene un efecto beneficioso en todos los órganos de nuestro cuerpo”, pero en la piel, además esos efectos positivos como la producción de vitamina D, es el único órgano donde puede tener consecuencias muy negativas.
¿QUÉ ES EL MELANOMA?
El melanoma es uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos, aunque no es el más frecuente, según la experta. Pero “un buen conocimiento de sus causas y prevención nos puede salvar la vida a nosotros y los que nos rodean”, explica. Y es que este tipo de cáncer de piel tiene mayor tendencia que los demás a desarrollar metástasis a distancia.
Esta enfermedad se origina en los melanocitos, que son las células encargadas de producir la melanina en nuestra piel y por eso su aspecto suele ser el de un lunar más antiestético, con varios colores o incluso una mancha negra. Pero los melanocitos no están ubicados únicamente en la piel, sino que también están presentes en las mucosas, así que el melanoma puede manifestarse en la nariz, garganta, o en los ojos además de en la piel, aclara la dermatóloga.
“La piel es el único órgano del cuerpo donde el sol también tiene importantes efectos negativos”
Para poder prevenirlo, la experta recomienda acudir a una revisión dermatológica anual, en la que evalúen los lunares y el estado de nuestra piel. Los lunares se forman por cúmulos de melanocitos benignos y algunos melanomas se originan precisamente por la malignización de lunares que ya teníamos. Pero el síntoma principal de la aparición de melanoma se diagnostica con daños en la piel causados por el sol.
En este caso, los dermatólogos observan con mayor detenimiento las zonas de la cara, manos y escote, que son generalmente las más expuestas y las que mayor daño presentan. Además, suelen estar llenas de léntigos, una especie de pecas de gran tamaño, que dan mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel. De hecho, los dermatólogos llaman a estas zonas ‘campo de cancerización’.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOS
Afortunadamente, las campañas de concienciación y la divulgación sanitaria ayudan a que los casos de melanoma se detecten con mayor antelación, mejorando así los diagnósticos y pronósticos. Como ya hemos comentado, en la exploración dermatológica se examinan la asimetría, bordes, color, diámetro y evolución de los lunares, lo que se conoce como la regla del ABCDE.
El objetivo es intentar diagnosticar el lunar en el estadio ‘in situ’, es decir, “cuando aún es tan fino que no ha atravesado la primera capa de la piel”, dice la dermatóloga. Como la epidermis no tiene vasos sanguíneos, esos melanomas no pueden dar metástasis y a través de una extirpación con cirugía sería suficiente tratamiento.
Ana nos explica que en la unidad de lesiones pigmentarias de la Fundación Jiménez Díaz, de la que ella es responsable, se realizan mapas de lunares con un dermatoscopio digital a pacientes que presentan más de 50 lunares o que han tenido antecedentes de melanoma. Gracias a esta tecnología, se detectan lunares malignizados o, por el contrario, lunares sanos evitando extirpaciones innecesarias.
“Se trata de prevenir desde mucho antes disfrutando de estar al aire libre, pero haciendo una exposición solar responsable”
Pero en el caso de que el melanoma ya se haya extendido, también existen terapias muy efectivas destinadas a tratar la expansión del cáncer. Una de ellas son las terapias moleculares dirigidas, que consisten en detectar moléculas o genes mutados en el melanoma contra los que dirigir los fármacos que bloquean su crecimiento sin dañar a otras células, según la experta.
Otra de ellas es la inmunoterapia, basada en “potenciar las defensas del paciente para luchar contra el cáncer”. En cualquier caso, el primer paso para prevenir la aparición de melanomas es evitar la exposición al sol de forma descontrolada prolongada. La experta nos recuerda que “se trata de prevenir desde mucho antes disfrutando de estar al aire libre, pero haciendo una exposición solar responsable”, sin olvidar el uso de una buena crema de fotoprotección.