Desmontando mitos del SPF: ¿Durante cuánto tiempo está realmente protegida mi piel?

No todas las personas tenemos la misma respuesta frente al sol. Por ello, hablamos con una experta para saber cuáles son las condiciones que merman la efectividad del factor de protección solar.

Mujer aplicando crema solar en su cuerpo un día de playa (Foto. Freepik)
Mujer aplicando crema solar en su cuerpo un día de playa (Foto. Freepik)
21 agosto 2024 | 11:00 h

En múltiples ocasiones hemos escuchado que con una crema protectora solar de SPF 30 estaremos protegidos durante 30 minutos. Sin embargo, no es así como funciona el factor de protección solar. Existen multitud de aspectos que influyen en la duración de la fotoprotección desde el tipo de piel hasta el lugar geográfico.

Hablamos con PilarGutiérrez, Asesora Técnica de Bruno Vassari, sobre la duración del factor de fotoprotección y otras implicaciones: “No es un valor fijo”, apunta Gutiérrez. Según nos cuenta la experta, la duración de la crema solar depende de varios factores, entre ellos, nuestra propia respuesta al sol que “no es la misma en un fototipo 1 que en fototipos más elevados”. 

El SPF tiene un “efecto multiplicador, multiplica el tiempo que tu piel podría estar expuesta al sol sin quemarse

Aunque, “el principal factor es que no nos aplicamos la cantidad correcta y no nos lo replicamos”, sentencia Pilar, esta es una premisa que llevamos tiempo escuchando, siendo el factor de protección solar la principal herramienta de prevención para quemaduras, lesiones y cáncer de piel.

¿DURANTE CUÁNTO TIEMPO REALMENTE ME PROTEGE LA CREMA?

Los fototipos son la capacidad que tenemos para broncear nuestra piel, la manera en la que nuestra piel se adapta al sol y el grado en el que lo hace. De manera que, cuanto más bajo sea un fototipo, más facilidad tendrá para sufrir quemaduras y los daños de las radiaciones.

La dermatóloga toma de ejemplo a los fototipos 1 “que sería la piel más sensible o más vulnerable al sol”, puede quemarse después de una exposición solar de diez minutos. Entonces, Pilar explica que la función del SPF es actuar como “un multiplicador y aumentar el tiempo que tu piel podría estar expuestaal sol sin quemarse versus lo que tardaría sin estar protegida”.

Nuestra piel tiene un mecanismo de defensa ante el sol en un determinado tiempo de respuesta: “Si en condiciones normales, sin protegerte, tardarías 10 minutos en quemarte al sol, lo que hace un SPF, por ejemplo, es que podrías estar al sol 30 veces más que ese tiempo que estarías de forma natural”.

OTROS FACTORES

No obstante, la experta advierte que “este valor nunca va a ser absoluto ni va a ser igual en todas las pieles porque hay muchos factores” que repercuten sobre la duración y, por tanto, sobre la efectividad. Le preguntamos a Pilar por algunos de ellos:

  • Condición de la piel. Uno de los factores tiene que ver con la fortaleza de la piel. Si es sana, responde ante el sol de manera menos inflamatoria que una piel dañada. Esto lo podemos comprobar con las cicatrices oeccemas que son condiciones en las que la piel se encuentra mucho más vulnerable.
  • Tipo de piel. A esto, según nos cuenta Pilar, se añade la tipología de nuestra piel –aparte de los fototipos–. Por ejemplo, en las pieles grasas “la superficie quizás sea menos estable para ese filtro”.
  • Cantidad y reaplicación. La condición que más afecta a la duración del SPF es la aplicación. Y es que no nos aplicamos correctamente el factor de protección: “Tenemos tendencia a aplicarnos mucha menos protección de la que deberíamos”, advierte Pilar.
  • Actividad. Debemos aplicarlo cada dos horas, aunque este tiempo suele disminuir porque nos bañamos o sudamos mientras el SPF va perdiendo su efectividad.
  • Producto. A su vez, se le suman las circunstancias del propio producto: “No es lo mismo un protector solar que tenga una textura muy densa a uno que tenga una textura muy fluida. Es decir, hay que aplicar mucha cantidad para que ese filtro solar realmente proteja lo que lo que promete y no solemos hacerlo”. En ese sentido, la experta revela que los protectores con color protegen más por el efecto del pigmento que completa la protección.
  • Lugar. Finalmente, Gutiérrez revela que otra de las condiciones que influyen son los sitios: “No es lo mismo caminando por la montaña en una zona sombría que estás protegido por los árboles, a que te apliques el protector solar en plena playa. Así como tampoco es lo mismo ponerte un protector solar en Ecuador que ponértelo en Noruega, la situación geográfica también incide”.
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