Muchos de nosotros ya hemos tenido la oportunidad de escaparnos unos días a la playa o a la naturaleza para desconectar en vacaciones. Y en esas escapadas, seguro que esquivar la radiación solar ha sido casi imposible. Aunque cada vez hay más visibilización sobre la importancia de la protección frente al daño que ejerce el sol sobre nuestra piel, todavía hay quienes se escudan en que los rayos UVB son beneficiosos para el organismo (ya que gracias a él podemos sintetizar vitamina D) y no se toman tan en serio el tema de la fotoprotección.
Estas personas están en lo cierto, pero con muchas consideraciones a tener en cuenta. Para esclarecer todas las dudas al respecto, desde Estetic nos hemos puesto en contacto con la Dra. María Luisa Martos Cabrera, dermatóloga delServicio de Dermatología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid). La experta confirma que, efectivamente, el sol es la principal fuente de obtención de vitamina D, pero para una síntesis adecuada, hay que tener en cuenta la cantidad de tiempo de exposición al sol.
Este tiempo de exposición al sol “varía según la ubicación geográfica, la hora del día, el tipo de piel y la estación del año”. Por ejemplo, “en verano, de 10 a 15 minutos suelen ser suficientes y en invierno, debido a la menor intensidad del sol, puede ser necesario un tiempo mayor, hasta 30 minutos”, señala la dermatóloga. De ahí que las indicaciones varíen entre los 10 y los 30 minutos de sol al día. A continuación, nos deja las recomendaciones generales en función del tipo de piel y la estación del año:
- En verano: las pieles claras deberían exponerse directamente al sol de 10 a 15 minutos al día, mientras que las pieles oscuras tendrían que hacerlo de 20 a 30 minutos. Durante esta época del año, es preferible que eviten tomar el sol de 12:00h a 15:00h.
- En invierno: las pieles claras pueden tomar el sol directo de 15 a 30 minutos al día. En cambio, las pieles más oscuras pueden abusar un poco más, pues deberían hacerlo entre 30 y 60 minutos diarios.
"Es crucial reaplicar la crema solar cada dos horas y después de nadar, sudar excesivamente o secarse con una toalla"
Esta exposición ha de ser sin fotoprotección para que nuestro cuerpo pueda sintetizar las cantidades adecuadas de vitamina D. No obstante, debe realizarse “idealmente evitando la cara, brazos y piernas, ya que son las localizaciones que más acumulan daño solar crónico. Y debe ser progresiva, con incrementos de 3 minutos diarios, para evitar quemaduras”, recuerda la doctora. Además, hay que tener en cuenta otras consideraciones para garantizar la seguridad de la piel:
- “En latitudes más altas (más lejos del ecuador), la intensidad de los rayos UVB disminuye, especialmente en invierno, lo que puede requerir tiempos de exposición más prolongados”.
- “A mayor altitud, la radiación UVB es más intensa, lo que puede reducir el tiempo necesario de exposición. Por ejemplo, si vamos a la montaña, el tiempo mencionado anteriormente deberá reducirse”, indica la dermatóloga.
- “El mejor momento para la síntesis de vitamina D es alrededor del mediodía, cuando el sol está más alto en el cielo y la radiación UVB es más intensa”. Sin embargo, la experta advierte del riesgo de quemaduras, “por eso se aconsejan las horas cercanas a las centrales, evitando las mismas”.
- “Incluso durante exposiciones cortas, la piel debe ser protegida después del tiempo recomendado para evitar quemaduras y otros daños”.
La Dra. Martos Cabrera se refiere a las consecuencias del daño solar, entre las que también se incluye el riesgo de cáncer de piel o el fotoenvejecimiento. Por ello, transcurrido el tiempo recomendado es necesario hacer uso de la fotoprotección, con la aplicación de crema solar “al menos 15 – 30 minutos antes de la exposición, con cantidad generosa y uniforme en todas las áreas expuestas del cuerpo”.
"La exposición solar debe ser progresiva, con incrementos de 3 minutos diarios, para evitar quemaduras"
Para el rostro, una cantidad orientativa de crema solar a utilizar equivaldría a dos líneas extendidas en dos dedos. En cambio, para la piel de todo el cuerpo, se necesita más cantidad, la equiparable a dos cucharadas grandes o a un vaso de chupito (30 ml), según las indicaciones de la doctora. Asimismo, recuerda que “el factor de protección solar (FPS) debe ser de al menos 30, mientras que, en verano, cuando la radiación UVB es más intensa, debemos subir al factor 50”. Y que hay que reaplicar la crema solar “cada dos horas y después de nadar, sudar excesivamente o de secarse con una toalla”.
Por último, la dermatóloga expone que “estas son recomendaciones generales y pueden variar según las circunstancias individuales”. Por ello, anima a los ciudadanos a “considerar la consulta con un profesional de la salud para obtener recomendaciones personalizadas basadas en su situación específica y necesidades de salud”, concluye.