En un mundo cada vez más digitalizado, donde las interacciones virtuales se multiplican, el contacto físico parece haber quedado relegado a un segundo plano. Sin embargo, estudios recientes revelan la importancia crucial de este aspecto en nuestra salud física y mental. El abrazo, la caricia, el simple hecho de estrechar la mano de alguien, son gestos que van más allá de lo social: son necesidades básicas que influyen en nuestro bienestar.
El contacto físico no es solo una expresión de afecto, sino un mecanismo biológico que desencadena una serie de reacciones positivas en nuestro organismo. Según el profesor Enric Soler, de la Universitat Oberta de Catalunya, "el contacto físico provoca que el cerebro libere oxitocina, una hormona asociada al bienestar y la conexión social". Esta hormona, conocida como la "hormona del amor", reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, al tiempo que fortalece los vínculos afectivos.
"El contacto físico provoca que el cerebro libere oxitocina, una hormona asociada al bienestar y la conexión social"
Además de sus beneficios emocionales, el contacto físico también tiene un impacto positivo en nuestra salud física. Estudios científicos han demostrado que el contacto táctil puede reducir el dolor, fortalecer el sistema inmunológico y disminuir la presión arterial. Incluso se ha observado que el contacto con animales, como perros y gatos, puede tener efectos terapéuticos similares.
EL IMPACTO DE LA FALTA DE CONTACTO FÍSICO
La ausencia de contacto físico, especialmente en la infancia, puede tener consecuencias a largo plazo en nuestro desarrollo emocional y social. Niños que crecen en entornos carentes de afecto físico pueden desarrollar dificultades para establecer relaciones interpersonales y experimentar mayor ansiedad y depresión en la edad adulta.
En la era digital, la falta de contacto físico se ha agravado, especialmente durante la pandemia de Covid-19, que obligó a las personas a aislarse en sus hogares. Esta situación ha puesto de manifiesto la importancia del contacto humano y ha generado un mayor interés en explorar alternativas para satisfacer esta necesidad básica.
ALTERNATIVAS AL CONTACTO FÍSICO
Si bien el contacto físico humano es insustituible, existen algunas alternativas que pueden ayudar a mitigar los efectos de su ausencia. Entre ellas se encuentran:
- El contacto con animales. Interactuar con mascotas puede proporcionar una sensación de calma y compañía, reduciendo los niveles de estrés.
- La terapia táctil. Técnicas como los masajes y la reflexología pueden ayudar a relajar el cuerpo y la mente.
- La robótica social. Aunque aún en desarrollo, los robots sociales están diseñados para proporcionar compañía y contacto físico a personas mayores o con necesidades especiales.
"Es importante fomentar las relaciones presenciales y aprovechar las oportunidades para establecer conexiones significativas con los demás"
Por otro lado, aunque las tecnologías digitales han revolucionado la forma en que nos comunicamos, es fundamental encontrar un equilibrio entre el mundo virtual y el mundo real. El contacto físico sigue siendo esencial para nuestro bienestar emocional y social.
"La tecnología no puede reemplazar el contacto humano", afirma el profesor Soler. "Es importante fomentar las relaciones presenciales y aprovechar las oportunidades para establecer conexiones significativas con los demás", concluye.