Mantener una buena higiene bucal es, sobre todo, una cuestión de salud. Un cepillado adecuado, una limpieza interdental efectiva y una pasta con una buena concentración de flúor, permiten mantener la boca sana, evitando las enfermedades de encías y la caries dental.
Además, dadas las circunstancias en las que nos encontramos, conviene recordar determinadas pautas para mantener una excelente higiene bucal que repercutirán en el estado general de todo el cuerpo.
Y es que, mantener una adecuada higiene personal nunca ha sido tan importante. Sabemos que es clave lavarse las manos de forma regular con agua y jabón durante al menos 20 segundos, evitar tocarnos excesivamente la cara y en general extremar las precauciones para ser lo más higiénicos posible. Pero, ¿qué otras pautas más relacionadas con nuestra boca pueden ayudarnos a evitar un posible contagio?
Desde Oral-B te dan siete consejos que te ayudarán no solo a protegerte a ti mismo, sino a tu familia y quienes te rodean.
1. El primer elemento al que debemos prestar atención es a nuestro cepillo de dientes, la herramienta con la que prevenimos enfermedades y que además nos ayuda a mantener la boca limpia. Nuestra microbiota oral está formada por 100 millones de bacterias por cada milímetro de saliva, por lo que mantener un equilibrio adecuado entre ellas, es clave. Al cepillarnos, los microorganismos que tenemos presentes en nuestra cavidad bucal se adhieren al cepillo, quedando en la mayoría de los casos retenidos en sus cerdas. Esta supervivencia de microbios en el cepillo de dientes puede generar una posterior infección.
Un cepillado adecuado, una limpieza interdental efectiva y una pasta con una buena concentración de flúor, permiten mantener la boca sana
Existen diversos estudios científicos que demuestran que un uso excesivamente prolongado del cepillo de dientes disminuye su eficacia. Además, sabemos que es importante cambiar nuestro cepillo/cabezal cada tres meses; pero esta importancia aumenta aún más después un resfriado, una gripe, una infección en la boca o un dolor de garganta, ya que los gérmenes se pueden esconder entre las cerdas y dar lugar a una reinfección. Si has pasado el coronavirus o simplemente lo sospechas, cámbialo por uno nuevo. Tener un cepillo libre de bacterias y virus ayuda a disminuir no solo tu contagio sino también el de las personas que están cerca.
2. Debes cepillarte como mínimo dos veces al día, la más importante antes de acostarte, idealmente con un cepillo de tecnología oscilante rotacional, avalada por la Fundación Dental Española (FDE) como la que mejor elimina la placa. Además, al menos una vez al día deberías utilizar hilo dental para prevenir la caries entre los dientes, ya que el área interdental supone el 40% de toda la superficie y es la más inaccesible. Si has dado positivo por coronavirus, deberías también realizar un enjuague bucal previo con colutorio sin diluir en agua, con el objetivo de reducir la carga viral antes de introducir el cepillo de dientes en la boca.
3. Utilizar una pasta de dientes con buena concentración de flúor: el dentífrico contiene los mismos detergentes que los geles de manos y su barrera contra el virus puede durar hasta entre tres y cinco horas después del cepillado. Su acción antimicrobiana también puede reducir la carga viral de la saliva o la infección del virus si este entra en la boca. La Fundación Dental Española confirma que dentífricos con fluoruro de estaño estabilizado ofrecen la mejor protección para aquellas áreas que los dentistas cuidan más.
Existen diversos estudios científicos que demuestran que un uso excesivamente prolongado del cepillo de dientes disminuye su eficacia
4. El cepillo de dientes no debe compartirse bajo ninguna circunstancia independientemente del grado de cercanía con la persona, ya que es una puerta abierta a los virus y las enfermedades transmitidas por sangre. Por esta razón, mantener los cabezales de los cepillos separados entre sí, también es crucial.
5. El lugar donde tengas localizado el cepillo de dientes es también importante. Mantén el baño regularmente limpio con lejía, asegúrate de que tu cepillo esté a una distancia segura del inodoro y cierra la tapa antes de tirar de la cadena para que las bacterias no salgan disparadas sobre los cepillos de dientes que tengas cerca.
6. Visita al dentista al menos una vez al año. La prevención es clave para evitar males mayores como por ejemplo que una simple caries llegue al nervio, que las encías se inflamen debido al sarro o nuestras piezas dentales se muevan. Incorporar la visita al dentista como rutina una vez al año evitará que problemas menores puedan ir a más.
7. Cuida de tu alimentación: bebe mucha agua y reduce la cantidad y la frecuencia con que consumes alimentos y bebidas azucarados. Hay alimentos que además potencian nuestra vía antiinfecciosa natural, como la remolacha, el ajo, el chocolate negro, la granada y las espinacas.