Muchas veces hacer deporte nos supone más esfuerzo del que nos podemos imaginar y por ello, comenzamos a generar una sensación de pereza que nos hace abandonarlo por completo o en ocasiones no hacer todo el que deberíamos. Buscar un gimnasio cerca de casa, sacar tiempo para ir, buscar una motivación y como no crearnos una rutina de entrenos… ¡esa gran complicación!
Para solucionarnos la vida, existen ‘personal trainer’ o entrenadores personales, que enseñan y motivan día a día para conseguir las metas, además, dan consejos de nutrición y ayudan a llevar un estilo de vida saludable.
Tanto si eres principiante como si llevas años practicando deporte, es la hora de dejarte guiar por un experto cualificado. Iván Perujo, el aclamado entrenador personal de las celebrities, te explica por qué será tu mejor inversión si de verdad quieres mejorar tu estado físico y, por qué no, mental.
Servicio personalizado. Los entrenadores personales tienen diferentes métodos y estrategias para cada cliente. Todos y cada uno de los ejercicios están especialmente diseñados y adaptados al físico, necesidades, características personales y objetivos deseados.
Menos lesiones. Estos profesionales se encargan de supervisar en todo momento la técnica de ejecución de cada ejercicio, lo que reduce absolutamente el riesgo de sufrir lesiones. Se aprende y se trabaja el cuerpo con mayor seguridad y de un modo más eficaz.
Resultados más rápidos. Un entrenador personal se concentra en los objetivos de cada cliente, lo que optimiza tiempo y esfuerzo en cada entrenamiento y, a medio plazo, ahora dinero. Además, un buen profesional deportivo se esforzará en mejorar la técnica de su cliente y enseñarle todos los aspectos necesarios para que pueda diseñar sus propios programas y, en el futuro, practique individualmente.
Mayor motivación personal. Un personal trainer tiene la misión de conocer los intereses, objetivos y personalidad de cada cliente. Impulsa a seguir un programa de entrenamiento de manera consistente y constante. Con su dirección y supervisión en cada sesión, se crea una relación de afinidad que te ayudará a vencer la pereza, dar lo mejor de ti mismo, tener más confianza y seguridad y no darte por vencido.
Bienestar psicológico. Está más que comprobado que el ejercicio mejora el estado anímico, ayuda a sentirse más feliz, tener pensamientos positivos, serenidad y reduce el estrés, entre otras infinitas bondades. Pero, además, si se hace de una forma más segura, correcta y eficaz (que de forma individual), facilita el alcance de logros y avances observables en una determinada disciplina, lo que da un mayor nivel de satisfacción, si cabe.
Coaching nutricional. Además de ser capaz de elaborar programas adaptados a las necesidades de cada uno, un buen entrenador personal debe, también, estar formado para poder orientar a nivel nutricional. El ejercicio físico practicado de forma regular, junto a una correcta alimentación, son imprescindibles para llevar un estilo de vida saludable. Pero ninguno de los dos puede sustituir al otro. Una mala alimentación no se arregla haciendo ejercicio.