El sol es necesario, aporta bienestar y ayuda a mejorar el ánimo, pero no debemos olvidar que una exposición prolongada sin una protección adecuada puede ser perjudicial para la piel y los ojos. Por ello, desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) te recomiendan seguir estos sencillos pasos para proteger tu piel.
1. Evita la exposición al sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 4 de la tarde.
2.Aplica siempre un protector solar, utilizando el más adecuado a tu tipo de piel.
3.Aplica el protector solar media hora antes de la exposición al sol y renuévalo cada dos horas o después de cada baño.
4.Utiliza protección labial para evitar quemaduras y sequedad y mantener los labios hidratados.
5.Protege tus ojos con gafas de sol homologadas.
6.Hidrata tu piel por dentro, bebiendo al menos dos litros de agua al día, y por fuera, utilizando productos hidratantes y cremas aftersun.
Asimismo, para elegir el protector más adecuado a tu tipo de piel puedes seguir estas recomendaciones: si tu piel es muy clara y se quema con facilidad es aconsejable que utilices FPS de 50 o más; si tu piel se quema con moderación, lo mejor es que utilices FPS de 30 y 50; si tu piel es ligeramente oscura y se quema moderadamente, será necesario un FPS de 15 y 20; y si tu piel es morena y se quema con gran dificultad es aconsejable utilizar FPS de 10.
Además de todo esto, hay que recordar que la piel de los niños es más sensible y, por tanto, es necesario no exponer al sol a los bebés menores de seis meses, ya que no han desarrollado totalmente la producción de melanina. Para que los más pequeños estén protegidos, existen cremas solares específicas: para los niños de piel morena se recomienda un factor de protección solar de 25; y para los niños rubios y de piel más blanca, un FSP superior a 30.