¿Cómo debo proteger mi piel para ir a la nieve? Descubre cómo afecta el frío al tejido cutáneo

El choque térmico y el efecto vasoconstrictor que provocan las bajas temperaturas son los principales elementos que alteran el bienestar de nuestra piel

Mujer en la nieve (Foto. Freepik)
Mujer en la nieve (Foto. Freepik)
Verónica Serrano
20 noviembre 2023 | 10:00 h

Estamos ya a un mes de que llegue el invierno y, con él, los planes de ir a la nieve. Ya sea para practicar deporte con los esquíes, para hacer senderismo por la montaña o incluso si caen algunos copos por tu zona… El caso es que el frío perjudica a la piel y hay que protegerla para evitar la aparición de problemas, tales como la sequedad, irritación, sabañones o el empeoramiento de algunos otros, como en personas que sufren psoriasis o brotes de acné.

¿CÓMO AFECTA EL FRÍO A MI PIEL?

Las bajas temperaturas tienen un impacto sobre el tejido cutáneo. Desde la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), explican que el efecto vasoconstrictor de los vasos sanguíneos es uno de los principales culpables, ya que debido a él “disminuye el volumen de sangre que llega a la piel y, con ello, la cantidad de nutrientes”. Consecuentemente, notaremos la piel más apagada y debilitada, ya que las células de los tejidos ven disminuido su aporte de energía.

Pero, además, las zonas más expuestas al frío del exterior tienen una mayor deshidratación y descamación, pues el contraste térmico entre la temperatura ambiental y la corporal provocan una disminución de la humedad en la dermis. Por ello, podemos notar nuestro cutis más seco, agrietado y tirante, con una piel sin tanta elasticidad.

“El efecto vasoconstrictor disminuye el volumen de sangre que llega a la piel y, con ello, la cantidad de nutrientes”

El frío también puede causar respuestas anormales en los tejidos cutáneos, tales como áreas inflamadas y picazón o sensación de ardor, que muchas veces es lo que conocemos como sabañones. Todo ello origina una mayor acumulación de células muertas en la piel, que unido a otros factores ambientales como la contaminación, la suciedad o la humedad, podrían empeorar los problemas cutáneos.

¿CÓMO CUIDAR LA PIEL PARA IR A LA NIEVE?

Al igual que en verano protegemos nuestra piel desde que ponemos un pie en la calle para cuidarnos de los rayos solares, en invierno también debemos hacerlo. Aunque no haga tanto calor, el daño solar es igual de peligroso, pues no desaparecen ni el riesgo de desarrollar manchas ni el fotoenvejecimiento de los tejidos. De hecho, la nieve funciona como pantalla reflectante de los rayos del sol y es muy probable que te quemes si no te aplicas protector solar. A mayor altura, mayor incidencia solar, pues cada 300 metros de altitud aproximadamente, el riesgo de sufrir quemaduras aumenta en torno al 5%.

Además, cuanto más alto estemos, nos encontraremos más expuestos a un clima más adverso. Nos referimos a que no sólo el sol será más perjudicial, sino que la humedad y el frío serán mayores, por lo que sus consecuencias sobre la piel serán más graves. Así que además del protector solar, es fundamental que mantengamos unos niveles óptimos de humedad en nuestro rostro. Para ello, te recomendamos seleccionar una crema hidratante que se adapte a las necesidades de tu piel (sensible, mixta, grasa, normal), que te puedas aplicar entre una y dos veces al día (mañana y noche).

La piel de las manos y de los labios también se debe cuidar con ingredientes hidratantes

Puedes acompañar tu rutina con tratamientos exfoliantes profesionales para retirar el exceso de células muertas que retrasan la regeneración de nuestra piel, aunque tú misma puedes realizártelos desde casa en torno a 1 o 2 veces por semana con el tipo de exfoliante que mejor te venga. Después de esa exfoliación, te recomendamos nutrir en profundidad para devolverle la jugosidad a la piel, ya sea con mascarillas nutritivas o sérums que aportan nutrientes a los tejidos.

Aunque pensemos menos en ello, también es importante cuidar de la piel de los labios y de las manos, pues sufren los daños del frío de la misma forma. Para evitar las grietas y la sequedad, que notamos muchas veces con la tirantez, utiliza cremas reparadoras de manos que hidratan en profundidad y labiales protectores contra el frío, aplicándotelos durante varias veces en tu rutina, pero sobre todo cuando salgas a la calle. Y por último, no olvides proteger tu piel del frío con barreras físicas, como por ejemplo, orejeras, guantes y bufandas. Y, si para entrar en calor utilizas fuentes térmicas, recuerda no hacerlo de manera directa para evitar las quemaduras. En este caso, utiliza también barreras físicas o mantente a una distancia segura.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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