La gente tiene más o menos claro cuál es la finalidad de una sesión de electrofitness, pero desconoce otros muchos beneficios para el suelo pélvico, el dolor lumbar, para recuperar la figura tras el embarazo o como en este caso, para perder grasa sin necesidad de perder músculo. Por ello, Alexander Pérez, fundador de la empresa AQ8 System, nos da las claves para conseguirlo y no llegar tarde este año, como suele pasarnos, a la operación bikini.
La electroestimulación permite, si aumentamos la intensidad, movilizar la masa muscular en aproximadamente un 80% más de lo que podemos hacer conscientemente. En España lo llamamos ''electrofitness'' y en un principio comenzó a emplearse para fines fisioterapéuticos hace más de quince años, si bien su uso en el mundo del fitness y el cuidado personal es mucho más reciente.
Pero, ¿cómo trabaja los músculos? AQ8 System es un sistema de entrenamiento que utiliza pulsaciones eléctricas para movilizar más porcentaje de masa muscular que cuando se hace de forma controlada, produciendo la contracción a través de nuestro cerebro. Algunas de sus ventajas más importantes son la posibilidad de coger el ritmo rápidamente o movilizar tejido muscular sin tener ningún tipo de definición ni riesgo de lesionarse.
Además de la forma física, hay una serie de condiciones para las que no se recomienda su uso, por ejemplo, cualquier articulación que no te permita que pase electricidad por tu cuerpo o personas con problemas cardiacos o enfermedades graves. Las lesiones que pudiesen producirse son las mismas que se pueden producir sin esta tecnología y evidentemente, debemos someternos al entrenamiento EMS con programas e intensidades especificas acordes a nuestro nivel de capacidad física.
En este sentido, es importante que conozcas una serie de cosas sobre el electrofitness. Para empezar, basta entrenar una vez a la semana durante 20 minutos para obtener resultados similares a los que obtendríamos después de varias horas en el gimnasio días tras día.
AQ8 System es un sistema de entrenamiento que utiliza pulsaciones eléctricas para movilizar más porcentaje de masa muscular que cuando se hace de forma controlada
Por otro lado, en poco tiempo se ven los resultados. Desde la tercera o cuarta semana se aprecian importantes cambios en la figura, tamaño y calidad de los músculos y pérdida de grasa corporal.
En cuanto a la edad, hay que señalar que no tiene límite, va desde adolescentes hasta personas de más de 80 años que pueden beneficiarse de entrenamientos adaptados a su estado y constitución física. Asimismo, con este ejercicio se producen menos lesiones porque se utiliza poco peso o ninguno, protegiendo las articulaciones y huesos.
También, se hace más ejercicio dado que al movilizar mayor cantidad de músculos, la intensidad es superior a una sesión de entrenamiento convencional y está pensado no solo para deportistas, también está al alcance de los sedentarios y enemigos del gimnasio.
No obstante, a pesar de ser muy seguro, no está recomendado para personas con cáncer, prótesis o problemas cardiovasculares.
Además, no solo es para adelgazar y tonificar el cuerpo, también se logra perfeccionar el control, equilibrio y coordinación. Mejora la piel en caso de celulitis y estrías, además de ser ampliamente utilizado en el campo de la medicina como herramienta de rehabilitación, fisioterapia y sobre todo recuperación del tono muscular y equilibrio del IMC.
En cuanto al desarrollo de un entrenamiento habitual ''primero nos debemos poner el traje especial de neopreno, equipado internamente con multitud de electrodos, y después empezamos con un ligero calentamiento para entrar en lo que sería el trabajo específico, realizando ejercicios como sentadillas, planchas y press utilizando bajos pesos de 2 o 3 kg o con nuestro peso corporal, tras lo cual, pasamos a programas de entrenamiento metabólico y de tipo vascular para finalmente dedicarnos a la parte de relajación, con estiramientos'', señala Alexander Pérez.
Recomienda también, al tiempo que nos iniciamos en el electrofitness, practicar entrenamiento aeróbico y anaeróbico de manera regular, unidos a una dieta variada en la que primen las frutas (no en exceso por la cantidad de fructosa presente en ellas), los vegetales, carbohidratos de calidad y cómo no, proteínas de carnes magras, pescado azul, lácteos, etc.