“La adquisición correcta de unos hábitos positivos ayuda tanto al niño como a los padres, y es algo que se debe hacer desde bien pequeños”, asegura la psicóloga infantil Silvia Álava en su libro “Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron”.
En este sentido, enseñar a los niños unos correctos hábitos de alimentación e higiene favorecerá su desarrollo y autonomía, ya que “no hay que esperar a que crezcan para que aprendan a controlar sus necesidades fisiológicas básicas o comer solos”.
En cuanto a los hábitos en la comida, Álava explica que “aprender a comer correctamente en la mesa es mucho más fácil de lo que creemos si lo hacemos bien desde pequeños. Los niños pueden aprender a comer solos desde el primer año de vida, acostumbrándose al manejo de la cuchara y el tenedor.”
Algunas claves para que esto se pueda desarrollar con más facilidad son introducir los alimentos desde pequeños;no disfrazar las comidas; según va creciendo el niño, ir triturando cada vez menos los alimentos; no cambiar nunca la comida, para que el niño sepa que no hay otra opción; normalizar la ingesta de frutas y verduras; y no obligarle a comer cantidades exageradas.
Además, es muy importante que el bebé sea consciente de que hay un momento dedicado en exclusiva a la comida.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
En este sentido, enseñar a los niños unos correctos hábitos de alimentación e higiene favorecerá su desarrollo y autonomía, ya que “no hay que esperar a que crezcan para que aprendan a controlar sus necesidades fisiológicas básicas o comer solos”.
En cuanto a los hábitos en la comida, Álava explica que “aprender a comer correctamente en la mesa es mucho más fácil de lo que creemos si lo hacemos bien desde pequeños. Los niños pueden aprender a comer solos desde el primer año de vida, acostumbrándose al manejo de la cuchara y el tenedor.”
Algunas claves para que esto se pueda desarrollar con más facilidad son introducir los alimentos desde pequeños;no disfrazar las comidas; según va creciendo el niño, ir triturando cada vez menos los alimentos; no cambiar nunca la comida, para que el niño sepa que no hay otra opción; normalizar la ingesta de frutas y verduras; y no obligarle a comer cantidades exageradas.
Además, es muy importante que el bebé sea consciente de que hay un momento dedicado en exclusiva a la comida.
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