Hablamos de manchas en la piel para definir variaciones del color sin cambio de textura de una determinada zona de la piel. Existen muchos tipos distintos de manchas en la piel que pueden presentarse de distintos colores: blancas, rosadas, rojas…
Las manchas más comunes son aquellas de color marrón que aparecen en la piel; lo que conocemos como lentigos solares. Para entender el proceso de la creación de este tipo de manchas, es importante saber que el color de la piel viene determinado por un pigmento natural que es la melanina. Se adquiere moreno en la piel porque el organismo segrega melanina para proteger la piel del sol.
Para el doctor Emili Masferrer, dermatólogo, las manchas oscuras que aparecen en la piel están relacionadas con una producción de melanina de forma anormal. Cuando la distribución de la melanina producida en exceso no se reparte uniformemente en la superficie de la piel, acumulándose en diferentes zonas, es cuando se forman esas manchas tan antiestéticas.
Las manchas más comunes son aquellas de color marrón que aparecen en la piel; lo que conocemos como lentigos solares
Por su relación con la exposición solar aparecen en las zonas más expuestas como el rostro, las manos, el escote, y en especial en aquellas personas de piel clara que no se broncean con facilidad.
Por otro lado, con la edad y el consecuente envejecimiento de las células, aumenta también el riesgo de hiperpigmentación. Así pues, el sol y la edad son los principales factores que contribuyen a la aparición de los lentigos solares. Aunque no precisan tratamiento, está demostrado que cuando vemos una persona con manchas, asignamos una edad 10 años superior y una salud más precaria.
El mejor tratamiento anti-manchas es utilizar un buen fotoprotector solar con SPF 50+ durante todo el año, como el Sunscreen 50+ Proaging Cream de Masderm. Por otra parte, cuando la mancha ya está creada, podemos utilizar técnicas que están disponibles en el mercado como tratamientos con Luz Pulsada (IPL), láser…