El frío, el viento, los cambios bruscos de temperatura y la sequedad ambiental de las calefacciones hacen que la piel pierda más agua favoreciendo su deshidratación. También se reduce la secreción sebácea, empeorando esta función barrera de la piel. Además, el frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan disminuyendo la irrigación cutánea y enlenteciendo la actividad celular.
''Esto origina una piel sin brillo, apagada, cetrina, de tacto áspero, seca y con tendencia a la descamación y a la dermatitis. Lógicamente, el frío afecta más a pieles secas y sensibles o pieles con problemas de atopia o psoriasis'', señala la doctora María Agustina Segurado, dermatóloga asesora de Nivea. En este sentido, las zonas que más sufren son las más expuestas a los cambios ambientales: cara y manos.
PASOS FUNDAMENTALES DE UNA RUTINA DE CUIDADO DE LA PIEL EN INVIERNO
''Hay que elegir productos, tanto para la limpieza como para el cuidado, que sean más nutritivos o emolientes para reponer las pérdidas de agua y los lípidos que la piel va perdiendo como consecuencia del clima invernal'', explica la experta. También, realizar la higiene con agua templada utilizando limpiadores extra grasos (con aceites) o limpiadores sin detergentes y evitar jabones muy agresivos.
''Tras el baño o la ducha y aprovechando la piel húmeda es un buen momento para aplicar la crema hidratante que como hemos señalado es mejor usar texturas más enriquecidas. Además, es recomendable utilizarlas con mayor frecuencia, unas 2-3 veces al día. Es importante el uso diario de un protector solar porque, aunque no haya calentamiento, la radiación UVA sigue llegando en la misma cantidad a la piel'', añade María Agustina Segurado.
El frío, el viento, los cambios bruscos de temperatura y la sequedad ambiental de las calefacciones hacen que la piel pierda más agua favoreciendo su deshidratación
Entre los ingredientes que no pueden faltar en las cremas, uno de los más frecuentes es el dexpantenol, que tiene una acción calmante, antiinflamatoria y resturadora de la barrera cutánea para compensar los efectos de piel descamada, picor y dermatitis que se pueden producir por el frío. Los aceites o las ceramidas se incorporan a las fórmulas de las cremas más enriquecidas para crear una película protectora de la barrera cutánea.
''Otros ingredientes muy interesantes para el invierno son la urea, glicerina o el ácido hialurónico, que tienen acción humectante fijando agua en la piel para aumentar su hidratación'', detalla la doctora.
Además de los ingredientes la forma y la frecuencia de aplicación son muy importantes. La llamada ''cura oclusiva'' que consiente en aplicar la crema hidratante y cubrirla con un film de plástico durante unos minutos es una buena medida para las pieles más problemáticas ya que consigue aumentar su penetración y, por tanto, su eficacia.
¿QUÉ PRODUCTO NO PUEDE FALTAR EN NUESTRA RUTINA DE CUIDADO DE INVIERNO?
''Si hay que elegir uno, creo que la crema de manos ya que con las bajas temperaturas son las que más problemas presentan: sequedad, descamación, grietas, sabañones…'', especifica la dermatóloga.
En cuanto a los productos de Nivea más adecuados para cuidar y proteger la piel en invierno destacamos la gama Nivea Cellular Luminous 630 Antimanchas. El cuidado más completo para una piel luminosa, libre de manchas e hidratada. El sérum cuenta con ácido hialurónico (para hidratar en profundidad) y la crema de día tiene FP50 ya que es importante proteger la piel del sol incluso en invierno.