A partir de los 50 años, la importancia de mantener un estilo de vida saludable se vuelve más crucial que nunca. Esta etapa de la vida está marcada por diversos cambios físicos y emocionales, donde la salud general puede comenzar a verse comprometida si no se toman las medidas adecuadas. La pérdida de masa muscular, la disminución de la densidad ósea y el aumento del riesgo de enfermedades crónicas son solo algunos de los desafíos que pueden presentarse.
En respuesta a la creciente necesidad de fomentar la actividad física entre la población mayor de 50 años, Basic-Fit ha lanzado un nuevo programa de entrenamiento titulado ‘En forma a partir de los 50: fuerza y movilidad’. Esta iniciativa busca concienciar a las personas de esta franja de edad sobre la importancia de aumentar su actividad física para reducir riesgos para la salud y mejorar su vitalidad.
La realidad es que ya a partir de los 30 años, los seres humanos comienzan a perder masa muscular entre un 3% y un 8% por década, y este proceso se acelera después de los 50
La realidad es que ya a partir de los 30 años, los seres humanos comienzan a perder masa muscular entre un 3% y un 8% por década, y este proceso se acelera después de los 50. La falta de actividad física puede tener consecuencias serias, como un mayor riesgo de muerte prematura, deterioro cognitivo acelerado y disminución de la movilidad.
Un estudio de la Universidad de California ha encontrado que los adultos mayores que realizan actividad física ligera diariamente tienen un 40% menos de probabilidades de desarrollar problemas de movilidad en un plazo de seis años en comparación con aquellos que son menos activos. Asimismo, el ejercicio regular puede reducir el riesgo de caídas en un 21%, especialmente cuando se incorporan ejercicios de fuerza y equilibrio.
El programa ‘En forma a partir de los 50: fuerza y movilidad’ está diseñado para mejorar la vitalidad y energía de los participantes. A través de este plan, se busca trabajar la fuerza muscular, la postura y el equilibrio, lo que facilitará actividades cotidianas como subir escaleras o montar en bicicleta. La idea es que los participantes adquieran mayor confianza en sus movimientos, lo que no solo les permitirá disfrutar más de sus actividades diarias, sino que también fomentará su independencia y mejorará su calidad de vida a medida que envejecen.
A pesar de la importancia de fomentar la actividad física, existen preocupaciones sobre cómo se aborda el bienestar en esta población. Muchos programas de ejercicio no siempre consideran las necesidades específicas de los adultos mayores, lo que puede llevar a una falta de participación. Expertos en salud advierten sobre la necesidad de enfoques más inclusivos y personalizados que atiendan a las diferentes capacidades físicas de las personas mayores.
La salud y el bienestar deben ser la prioridad, y se debe tener en cuenta que cada persona tiene un punto de partida diferente en su viaje hacia una vida más activa
Es importante que las actividades propuestas sean seguras y accesibles, evitando la imposición de estándares de rendimiento poco realistas. La salud y el bienestar deben ser la prioridad, y se debe tener en cuenta que cada persona tiene un punto de partida diferente en su viaje hacia una vida más activa.
Pese a la importancia del concienciar sobre la necesidad de realizar ejercicio físico, a medida que la población envejece es necesario también concienciar sobre la importancia de adaptar los programas de ejercicio. La falta de actividad física entre los adultos mayores no solo es un problema individual, sino que también refleja una cultura que a menudo margina la capacidad de este grupo para participar en actividades físicas. Para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, es esencial promover un entorno en el que se sientan cómodos y motivados para hacer ejercicio.