Un estudio reciente liderado por la Universidad de Sydney sugiere que tan solo cinco minutos de actividad física diaria pueden tener un impacto positivo en la reducción de la presión arterial. Publicado en la revista Circulation, el estudio destaca la importancia de la actividad física, incluso en pequeñas dosis, para el control de la hipertensión, una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo.
El estudio fue realizado por el Consorcio ProPASS (Prospective Physical Activity, Sitting and Sleep), una colaboración académica internacional entre la Universidad de Sydney y el University College London (UCL), que reunió datos de más de 14,000 personas en cinco países. La investigación mostró que cinco minutos de ejercicio al día, como caminar cuesta arriba o subir escaleras, podían contribuir a una reducción significativa de la presión arterial.
"La hipertensión arterial es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial"
Además, reemplazar comportamientos sedentarios con 20 a 27 minutos de ejercicio más intenso como correr, andar en bicicleta o hacer senderismo, se asocia con una disminución aún mayor de la presión arterial, con una reducción potencial del 28% en las enfermedades cardiovasculares a nivel poblacional.
“La hipertensión arterial es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial, pero a diferencia de algunas de las principales causas de mortalidad cardiovascular, puede haber formas relativamente accesibles de abordar el problema además de la medicación”, explica el profesor Emmanuel Stamatakis, coautor principal del estudio.
Este hallazgo resalta cómo incluso períodos cortos de ejercicio de alta intensidad pueden ser eficaces para controlar la presión arterial, algo crucial considerando que la hipertensión afecta a 1.280 millones de adultos en todo el mundo, sin mostrar síntomas evidentes.
La investigación se centró en analizar cómo las diferentes formas de actividad física influyen en la presión arterial. Para ello, los participantes usaron un acelerómetro portátil que midió su actividad diaria y presión arterial a lo largo del día. Se encontraron resultados alentadores que sugieren que, aunque la caminata ligera tiene sus beneficios, el ejercicio más vigoroso tiene un efecto más pronunciado en la reducción de la presión arterial.
La investigación se centró en analizar cómo las diferentes formas de actividad física influyen en la presión arterial
La Dra. Jo Blodgett, primera autora del estudio, destacó que la clave está en realizar ejercicio de mayor intensidad en lugar de movimientos más suaves como caminar. Además, resaltó que las personas no necesitan ser atletas para beneficiarse de estos efectos. Incluso pequeñas actividades cotidianas como correr para coger el autobús o montar en bicicleta para hacer recados pueden marcar una diferencia significativa.
Los investigadores enfatizan que este enfoque puede ser fácilmente integrado en las rutinas diarias, lo que lo convierte en una solución práctica y accesible para la mayoría de las personas que buscan controlar su presión arterial sin necesidad de recurrir exclusivamente a medicamentos.