El embarazo es uno de los momentos en los que la piel experimenta mayores cambios en un breve espacio de tiempo en las mujeres. Estos cambios ocurren por la influencia de factores metabólicos, hormonales e inmunológicos que experimenta la mujer durante este periodo.
''La mayoría de los cambios son parte de un proceso fisiológico, es decir, son considerados como un proceso normal dentro del embarazo y tienden a mejorar o desaparecer durante el periodo postparto. Además, en forma mas rara, pueden ocurrir enfermedades de la piel, propias del embarazo, y en forma variable e impredecible, exacerbación o mejoría de una enfermedad dermatológica preexistente'', subraya la doctora Carmen Kannee, dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral.
¿QUÉ CAMBIOS SON ESTOS?
Dentro de los cambios fisiológicos comunes durante el embarazo, tenemos estrías, aumento en la pigmentación de la piel, cambios en pelo, uñas, glándulas del sudor y del sebo, y alteraciones vasculares. La doctora nos explica en qué consiste cada uno de ellos.
-Estrías. Son muy frecuentes, aparecen por lo general en el segundo-tercer trimestre del embarazo como bandas lineales, inicialmente de color rojo violáceo, localizadas en abdomen, pecho, caderas, axilas, parte baja de la espalda y glúteos, que luego evolucionan a bandas de color de la piel a blanquecinas que dan aspecto de cicatrices. Se producen por una combinación de factores genéticos, hormonales y la distensión de la piel por el aumento de peso, que conduce a cambios estructurales y rotura de las fibras de colágeno y elastina.
-Melasma y otras hiperpigmentaciones. El aumento en la pigmentación de piel y mucosas es muy común durante el embarazo, especialmente en las mujeres de piel mas oscura. Se atribuye principalmente a los cambios hormonales propios del embarazo y un aumento en la hormona estimulante de los melanocitos (células que producen melanina, la cual es el pigmento que le da color a la piel).
El embarazo es uno de los momentos en los que la piel experimenta mayores cambios en un breve espacio de tiempo en las mujeres
Las áreas normalmente pigmentadas se ponen mas oscuras (pliegues de axilas, cuello e ingle, areolas, mucosa genital, zona periumbilical). La línea alba, que va desde el pubis al ombligo en la línea media del abdomen, se oscurece y toma el nombre de línea negra; a veces puede ir acompañada de aparición de vello en su superficie. Cicatrices recientes, pecas y lunares pueden oscurecerse y aumentar de tamaño.
El melasma (cloasma o máscara del embarazo) es una pigmentación simétrica y parcheada, visible como manchas en diferentes tonos de marrón distribuidas en frente, mejillas, nariz, bigote y/o mentón.
-Aumento en la actividad de las glándulas ecrinas y sebáceas. Las glándulas ecrinas son las responsables del sudor y su actividad aumenta durante el embarazo, excepto en las palmas, por lo que las mujeres pueden notar un aumento en la sudoración.
La actividad de las glándulas sebáceas también aumenta en los últimos meses de embarazo, sin embargo, aunque se pudiera esperar que estuviera relacionado con brotes de acné o exacerbación de un acné preexistente, es mas bien impredecible. Por el contrario, muchas mujeres notan mejoría en la calidad y el brillo de la piel. En la zona de la areola, el aumento de tamaño de las glándulas sebáceas cursa con la aparición de protuberancias llamadas tubérculos de Montgomery.
-Cambios en pelo y uñas. El ciclo de crecimiento del pelo cambia durante la gestación. En la mayoría de las mujeres se sincroniza hacia la fase anágena (fase de crecimiento), por lo que notan mayor densidad y grosor. Entre el primer-cuarto mes postparto ocurrirá lo contrario, el ciclo del pelo se sincroniza hacia la fase telógena (fase de caída del pelo), la conocida alopecia o efluvio telógeno postparto, que en la mujer sana remitirá espontáneamente en unos meses. Hay un grupo de mujeres que, por el contrario, experimenta un afinamiento del pelo y una disminución de la densidad en patrón de calvicie masculina, con aclaramiento en la línea de implantación del pelo en el área frontoparietal derecha e izquierda (entradas) que se puede acompañar de aumento del vello facial y corporal; estos cambios son casi siempre reversibles, desapareciendo en el postparto. Respecto a las uñas, pueden estar más frágiles o blandas.
El melasma (cloasma o máscara del embarazo) es una pigmentación simétrica y parcheada, visible como manchas en diferentes tonos de marrón
-Alteraciones vasculares. Los vasos sanguíneos pueden congestionarse, dilatarse o aumentar en número, principalmente por el efecto que tiene en ellos el estrógeno. Se puede observar un aumento en telangiectasias (arañas vasculares) en la cara y es común notar enrojecimiento en las palmas.
Sumado al efecto del estrógeno sobre los vasos, el útero aumentado de tamaño ejerce presión, impidiendo el retorno venoso hacia las venas principales del cuerpo; la sangre queda remansada en las piernas, facilitando la aparición de varices.
¿SE PUEDEN PREVENIR ESTOS CAMBIOS EN LA PIEL?
''Hay que destacar que la mayoría de los cambios experimentados son fisiológicos (normales durante el embarazo) y tienden a regresar al concluirlo, por lo que se debe mantener una actitud relajada y evitar tratamientos innecesarios o incluso perjudiciales. Si podemos implementar ciertas medidas en forma preventiva para que la evolución sea lo mejor posible'', comenta Carmen Kannee.
''En el caso de las estrías, desafortunadamente no existe hasta ahora algún tratamiento que logre prevenirlas o eliminarlas completamente. El uso de limpiadores corporales suaves, cremas hidratantes y una dieta adecuada para evitar ganar peso excesivo es siempre recomendable para minimizar la distensión de la piel'', añade.
Respecto a las hiperpigmentaciones y melasma, ''es indispensable evitar la exposición al sol, tanto en verano como en invierno, y el uso de protector solar con filtros físicos y químicos, en conjunto con otras medidas de fotoprotección (gafas de sol con cristales protectores homologados, sombrero, ropa protectora)'', detalla la doctora.
Para las varices, se aconseja también una dieta adecuada para evitar ganar peso en exceso que cause mayor compresión, periodos de descanso con elevación de las piernas, dormir en posición de lado sobre el costado izquierdo (en esta postura se descomprime la presión que ejerce el útero sobre la vena cava inferior), evitar permanecer mucho tiempo de pie o sentada y practicar ejercicio acorde a la etapa del embarazo y al nivel de entrenamiento previo de la mujer. Evitar el calor excesivo también ayuda a disminuir la dilatación de los vasos que puede contribuir a hinchazón y sensación de pesadez en manos y piernas.