Llega el verano y con él, el famoso cambio de armario. Ya hemos sacado las sandalias y, aunque no nos lo creamos, nuestros pies sufren durante este periodo de adaptación en el que pasan del zapato cerrado al abierto. Por eso, hemos contactado con Claudia Portavella, Product Manager en Sensalia Labs, para que nos dé los mejores consejos de cara a la vuelta al calzado de verano.
Estos meses son la época del año en la que la piel de los pies se encuentra más expuesta a los agentes externos, como son las radiaciones solares más intensas o el roce de los zapatos, que puede derivar en un aumento de la sequedad, durezas o callos. Pero además de los problemas de la piel, pueden surgir afecciones a mayor escala, como la fascitis plantar, tendinitis y sobrecarga en gemelos e isquiotibiales o incluso dolor en la zona lumbar.
Para intentar paliar y prevenir todos estos problemas, la experta nos recomienda los zapatos que tiene un buen agarre de tobillo y que sujetan todo el pie, de tal manera que garanticen estabilidad para no sufrir desequilibrios. Adicionalmente, hay que buscar calzado elaborado con material de buena calidad para evitar rozaduras, ampollas o poca transpiración, “que pueda provocar hongos”.
Claudia también nos explica que hay que adaptar el calzado a cada ocasión. Por ejemplo, si vamos a realizar grandes caminatas, es mejor optar por un zapato cómodo y que amortigüe el impacto, mientras que debemos reservar las chanclas para los días de playa y piscina. Así evitaremos el sufrimiento del pie.
¿CÓMO PREVENIR Y TRATAR LAS ROZADURAS EN EL PIE?
Antes de que aparezcan las rozaduras en el pie, existen varios consejos que podemos seguir para ayudarnos a prevenirlas. Entre ellos, elegir la talla adecuada evitando que el zapato sea demasiado estrecho o pequeño, favoreciendo que el talón y los dedos estén cómodos. Asimismo, hay que prestar atención a la hidratación y exfoliación de los pies.
“Si los pies están más hidratados, la piel será más elástica y también será más difícil que aparezcan heridas o rozaduras”, explica la experta. Para estos casos, hay una solución muy efectiva que logra el bienestar de la piel de los pies y esos son los ‘calcetines mascarilla’. Desde Iroha Nature ofrecen distintos tipos con el objetivo de nutrir, dar humedad y suavizar la piel de esta zona.
"Son recomendables los zapatos elaborados con material de calidad para evitar rozaduras, ampollas o poca transpiración que pueda provocar hongos"
Pero si a pesar de seguir estos consejos, terminan apareciendo las temidas rozaduras o ampollas, podemos centrarnos en aliviar el dolor que nos producen. Por ejemplo, introduciendo los pies en un recipiente de agua fresca con sal gruesa durante 15 minutos. Y si la herida es muy grande y la ampolla tiene mucho líquido en su interior, conviene drenarla.
Aunque hay que evitar explotar las ampollas para no favorecer la posibilidad de infección en la zona afectada, la forma correcta de hacerlo es utilizando una aguja esterilizada con alcohol. Con cuidado, debemos pinchar la ampolla y lavar y secar bien la zona para evitar los residuos de pus, tal y como aconseja Claudia. Y, por último, aplicar un antiséptico y desinfectante para garantizar un cuidado completo.