Han saltado las alarmas después de que se hayan detectado cerca de 70 casos de botulismo en Europa, un brote que cuenta con una causa común en todos ellos: las personas infectadas vienen de realizarse una intervención estética en Turquía. Esta enfermedad puede tener graves consecuencias para la salud y, según los expertos, el brote podría haberse evitado.
La bacteria clostridium botulinum está detrás del botulismo, pues es precisamente con la que se produce el bótox que se emplea en las intervenciones estéticas. Su transmisión puede darse por varias vías: alimentaria, respiratoria o por heridas…, y sus efectos pueden ser muy perjudiciales para la salud, llegando incluso a paralizar el sistema motor del individuo.
En el caso de los infectados de Turquía, todo apunta a que el contagio ha venido de otra forma. La doctora Verónica López Couso, médico estético, alergóloga y especialista en tratamientos inyectables faciales en la Clínica Dermatológica Internacional, nos explica que se ha podido dar por “la contaminación de agujas y jeringuillas y una poca higiene” del centro que haya realizado las intervenciones. También puede ser que “la toxina estuviese en mal estado por una mala producción o que tuviera una mayor concentración”.
El brote en Turquía se ha podido dar por "contaminación de agujas y jeringuillas y poca higiene o porque la toxina estuviese en mal estado por una mala producción"
La intervención a la que se han sometido las personas infectadas por el brote de botulismo consiste en la inyección de bótox directamente en la mucosa del estómago para que éste se relaje, aumente el efecto de saciedad y se contribuya al adelgazamiento. No hay suficientes evidencias científicas de que este sea un método eficaz, aunque Verónica López sí que explica que “hay varios papers que apoyan este tratamiento, basados en un meta-análisis en el que estuvieron involucrados cerca de 30 estudios y en el que se hablaba de la técnica y en el que se vio que había mejoras”.
Sin embargo, es un tratamiento que no se está aplicando en Europa, “precisamente por el peligro que implica”, explica la doctora, y es que la inyección de bótox en la mucosa estomacal hace que la toxina botulínica se transmita de forma muy rápida a todo el torrente sanguíneo y, consecuentemente, a todo el cuerpo.
La toxina botulínica se emplea en todas las intervenciones estéticas que utilizan bótox, pero de una forma muy diluida y perfectamente aislada para no intoxicar el cuerpo y evitar problemas como el botulismo. Por este motivo, la doctora recomienda “un buen sitio donde tratarnos, que sea de confianza y que usen marcas que estén aprobadas”. Para proteger la salud, lo ideal es usar productos que estén bien registrados, estandarizados y que estén adecuadamente formulados para evitar cualquier tipo de riesgo, pues para el caso del bótox “estamos manejando toxinas, productos que pueden ser muy peligrosos”, señala la especialista.
SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO DEL BOTULISMO
Aunque el contagio de botulismo puede darse por distintas vías, los síntomas van a ser los mismos y van a depender de la velocidad con la que administremos el tratamiento. Por eso, se pueden llegar a sufrir desde vómitos, náuseas, dolores abdominales y problemas en la visión y en las cuerdas vocales, hasta alteraciones más graves que impliquen la parálisis a nivel motor.
“No tiene nada que ver una inyección intragástrica a una inyección cosmética, habitualmente aplicadas para tratar el perfil superior para problemas como las arrugas”
Si no se actúa rápido, la enfermedad se puede estirar varias semanas y en el peor de los casos, puede llegar a ser letal. El tratamiento consiste en la aplicación de la antitoxina, que va a hacer que se eliminen del cuerpo los efectos de la toxina botulínica. Lo más probable es que el organismo se tome varios días en expulsar la fórmula, aunque cada caso es diferente. Verónica López anima a “que la gente no tenga miedo” con el brote que se ha generado en Turquía y recuerda que para evitar problemas, "hay que acudir a un sitio que esté certificado y en el que se sepa lo que van a administrar”. Por otro lado, despeja la confusión que pueda surgir con las diferentes aplicaciones del bótox y es que “no tiene nada que ver una inyección intragástrica a una inyección cosmética, habitualmente aplicadas para tratar el perfil superior para problemas como las arrugas”.