El músculo masetero es uno de los cuatro músculos que participan en el proceso masticatorio, aunque también trabaja para estabilizar la mandíbula, en la deglución y en el habla. Se localiza a los lados de la mandíbula, más bien a la altura de los mofletes, y puede llegar a ejercer una fuerza de hasta 90 kilogramos. Además, es el responsable de gran parte de nuestros rasgos faciales.
Como podemos deducir, es un músculo clave dentro de nuestra anatomía facial. De hecho, desempeña un papel fundamental en el equilibrio neuromuscular del cuello y la cara. Sin embargo, existen algunos problemas relacionados con el músculo masetero que podrían afectar notablemente a nuestro bienestar, más allá de los motivos estéticos. Una hipertrofia o sobrecrecimiento de este músculo puede originar problemas, como también una excesiva presión o un factor genético. Aquí es donde entra en juego el bótox masetero.
¿QUÉ ES EL BÓTOX EN EL MASETERO?
Como su propio nombre indica, el bótox en el masetero, consiste en la aplicación de la toxina botulínica con una inyección en los músculos maseteros afectados por una hipertrofia masetera bilateral, una afección en la que estos músculos se vuelven demasiado grandes y dan al rostro una apariencia cuadrada. Sin embargo, el bótox en el masetero también presenta el beneficio añadido de disminuir la fuerza del músculo y relajar la mandíbula, lo que puede aliviar el dolor y la tensión en estas áreas.
El efecto del bótox en el masetero puede durar entre 6 meses y 1 año
El bótox o toxina botulínica es una sustancia neuromoduladora que, en el campo de la Medicina Estética, se inyecta en los tejidos musculares para tratar afecciones específicas. Con fines estéticos, se utiliza para aliviar las arrugas, ya que relaja o paraliza el músculo durante un tiempo determinado. Con aplicaciones médicas, el bótox también se inyecta para relajar los músculos implicados en procesos que causan algún problema en el paciente, como puede ser el bruxismo.
Su efecto dura entre 6 meses y 1 año, en función de cada paciente. Se trata de un procedimiento sencillo y rápido, de carácter ambulatorio, en el que sólo se necesita anestesia local en la zona a tratar. En cuestión de 30 minutos, el especialista habrá completado las microinyecciones y el paciente podrá volver a hacer vida normal.
¿PARA QUÉ SE USA EL BÓTOX EN EL MASETERO?
El bótox en el maxilar se administra en personas que sufren bruxismo para aliviar el olor asociado. Esta patología se produce cuando un individuo presiona la mandíbula de forma inconsciente e involuntaria, a menudo durante el sueño, provocando el rechinar de los dientes y un desgaste de las piezas dentales. Se trata de una afección que afecta a cerca del 70% de los españoles y que puede estar motivada por el estrés, una inadecuada alineación de los dientes, malas posturas a la hora de dormir, la presencia de algún trastorno respiratorio durante el sueño o una mala alimentación.
Este trastorno está estrechamente relacionado con la hipertrofia o sobrecrecimiento de los maseteros, ya que es su activación inconsciente e involuntaria la que provoca el bruxismo. En aquellos casos en los que la hipertrofia de maseteros genere problemas, el paciente puede recurrir al bótox maxilar para mejorar la funcionalidad de la mandíbula temporalmente y aliviar las molestias.
El bótox en el masetero puede utilizarse para conseguir un óvalo facial más redondeado
Además, también puede administrarse bótox en los maseteros con fines estéticos, en ausencia de motivaciones clínicas. Aquellas personas que presentan un maxilar muy marcado y que desean un óvalo facial más redondeado pueden recurrir al bótox maxilar. No obstante, un especialista cualificado deberá valorar cada caso y garantizar la inyección de la dosis de toxina botulínica adecuada.
Cabe recordar que el bótox es una sustancia que, aplicada en las cantidades correctas y estudiadas puede ayudar a tratar distintos problemas, como los anteriormente repasados. Pero en dosis elevadas puede resultar tóxico e incluso provocar la parálisis irreversible del músculo. Por ello, es importante confiar siempre en profesionales cualificados que garanticen un tratamiento exitoso y seguro.