El entrenamiento de fuerza se ha posicionado como una de las disciplinas más populares en los últimos años. Y es que ofrece una serie de beneficios para la salud integral del cuerpo que, además, ayudan a transformar la apariencia de una manera saludable.
Braís González, director de operaciones de la cadena Distrito Estudio, y especialista en recuperación funcional y biomecánica, afirma que este tipo de ejercicio no solo mejora la apariencia física, sino que ofrece una serie de beneficios que pueden transformar tu salud y bienestar.
El director, junto a los expertos de Distrito Estudio, recomiendan realizar entrenamiento de fuerza al menos entre dos o tres veces por semana. González opina que “cada sesión debe incluir ejercicios que trabajen todos los grupos musculares principales, como sentadillas, peso muerto o flexiones, y. No olvides calentar antes de comenzar y estirar al finalizar para prevenir lesiones”, añade.
Entrenar la fuerza disminuye el riesgo de osteoporosis y fracturas
En esa línea, el director explica por qué deberíamos incorporar el entrenamiento de fuerza en nuestra actividad diaria y cómo hay que hacerlo de manera efectiva. Estas son algunas de sus recomendaciones:
- Mejora de la composición corporal. Entre los beneficios más visibles del entrenamiento está la mejora de la composición corporal, que ayuda a reducir la grasa corporal mientras aumenta la masa muscular magra: “Los músculos son metabólicamente más activos que la grasa, lo que significa que incluso en reposo, un cuerpo con más músculo quemará más calorías”, añade González.
- Incrementa la fuerza y la resistencia. Fortalecer tus músculos no solo aumenta tu fuerza, sino que también mejora la resistencia. Lo que facilita la realización de tareas diarias, como levantar objetos pesados o subir escaleras, así como realizar actividades físicas durante más tiempo sin sentir fatiga.
- Salud ósea. Con el paso de los años, la densidad ósea disminuye, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas. En ese sentido, el entrenamiento de fuerza es una de las formas más efectivas de prevenir la pérdida ósea y aumentar la densidad mineral ósea, fortaleciendo tus huesos y reduciendo el riesgo de lesiones.
- Beneficios para la salud mental. No solo la disciplina de fuerza, sino el ejercicio, en general, tiene múltiples beneficios de cara a la salud mental. En palabras del director: “Múltiples estudios han demostrado que este tipo de ejercicio puede ayudar a reducir los síntomas de depresión y ansiedad”. En adición, la sensación de éxito y la mejora en la autoimagen que provienen del progreso en el entrenamiento pueden beneficiar al autoestima y confianza.
- Postura y salud vertebral. El fortalecimiento de los músculos del core, como abdominales, lumbares y de la cadera, contribuyen a una mejor postura y alineación de la columna vertebral. Lo que puede prevenir y aliviar dolores de espalda, un problema común en la población adulta.
- Prevención de enfermedades crónicas. El entrenamiento de fuerza mejora el maneo de algunas enfermedades crónicas como el nivel de glucosa en la sangre, beneficiando a las personas con diabetes tipo 2. Además, es capaz de reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Mejora del equilibrio y la coordinación. Al realizar los ejercicios correctamente trabaja todo el rango de movimiento de las articulaciones, mejorando la movilidad y flexibilidad. Un elemento crucial para mantener la funcionalidad y prevenir rigidez muscular y articular. Por este motivo: “Es particularmente recomendable para personas mayores pues reduce el riesgo de caídas y lesiones, contribuyendo a una mayor independencia y calidad de vida” añade González.
- Estimula el metabolismo. No solo ayuda a acelerar el metabolismo durante el entrenamiento, sino después, durante la recuperación. A este fenómeno se le conoce como consumo excesivo de oxígeno post-ejercicio (EPOC), significa que el cuerpo sigue quemando calorías a un ritmo elevado después de terminar el entrenamiento.