El acné se trata de una afección cutánea que produce inflamaciones en la piel en patrones de brotes. Las glándulas sebáceas de la piel producen sebo para mantener hidratados el pelo y la piel, aunque a veces se pueden obstruir por células muertas o un exceso de grasa, entonces aparecen los granos con pus.
A pesar de que suele aparecer en la cara, también puede presentarse en otras localizaciones como la espalda, donde recibe el nombre de ‘Bacné’. La dermatóloga Ana Molina (@dr.anamolina) explica, en sus redes sociales, en qué consiste el Bacné y qué soluciones tiene.
CAUSAS
Tiende a aparecer durante la adolescencia como parte del “acné vulgar” –que es la forma más común con una manifestación de puntos negros o blancos-, pero también puede darse a otras edades y con causas distintas a las hormonales, según explica la dermatóloga. “Tiene múltiples causas y no solo aparece por las hormonas como el acné juvenil”, aclara Ana.
Algunas causas pueden variar e ir desde la sudoración excesiva hasta el calor, la oclusión por prendas muy ajustadas o “cuando llevamos la mochila sudando mucho rato puesta en la espalda”, añade la doctora Molina. Es por esta razón, por lo que la limpieza o higiene de esta zona son tan importantes a la hora de tratar el acné.
“Su localización en la espalda hace que el tratamiento sea algo diferente al que usamos en la cara”
Los granos que aparecen en la espalda pueden surgir por el sudor que se queda atrapado en la dermis, de manera que se obstruye el poro y el sebo se acumula, dando lugar a las espinillas contenidas de pus tan características del acné. Además, la piel de la espalda es mucho más gruesa que la de la cara, lo que supone una tendencia mayor a la obstrucción.
En esa línea, los hábitos saludables, así como la higiene pueden ayudar a aliviar el Bacné. Por ello, la ropa transpirable o las prendas limpias, así como una alimentación saludable pueden atenuar su aparición.
TRATAMIENTO
En cuanto al tratamiento, la doctora explica que puede ser algo distinto al acné facial: “Su localización en la espalda hace que el tratamiento sea algo diferente al que usamos en la cara”. Y es que, aparte de que no siempre aparecen a la vez, es necesario emplear productos distintos. La dermatóloga comenta que lo más habitual son los productos de higiene específicos con antisépticos, acompañados de la aplicación posterior de cosméticos que contengan hidroxiacidos como el ácido salicílico. Este compuesto es un gran exfoliante para la piel, ayudando a desprender la capa superficial de la piel y todo lo que la obstruye.
La peculiaridad de muchos de estos productos es su formato spray o roll-on, que está pensado para facilitar su aplicación porque “al estar localizado en la espalda, es una zona mucho más amplia”. No obstante, Ana revela que estos tratamientos tópicos “pueden no ser suficiente”, y en ocasiones, la medicación oral puede ser necesaria: “Antibióticos, retinoides o la isotretinoína”. En ese sentido, la dermatóloga insiste en consultar con un experto: “Hoy en día no hay porque tener acné y mucho menos cicatrices porque prevenir es curar”.
Mientras tantos, algunos hábitos que podemos implementar para evitar el bacné, si tenemos la piel grasa, son:
- Usar ropa holgada en los entrenamientos, mejor de algodón, para aumentar la distancia entre la suciedad y la piel
- Cambia las sábanas y toallas con regularidad, así evitarás bacterias acumuladas
- Ducharnos o bañarnos después de los entrenamientos
- Mantener el pelo fuera de la espalda o, de lo contrario, podemos agregar aceite a la zona
- Usar productos libres de aceites, como protectores solares formulados específicamente para pieles grasas
- Usar productos con ácido salicílico o árbol de té
- Una dieta baja en carbohidratos, lácteos y azúcares, ya que ambos pueden ser desencadenantes del bacné.