Auge del pantallismo en jóvenes: “No son biológicamente capaces de establecer sus propios límites"

La psicóloga María Quevedo señala en Estetic las causas del auge del pantallismo en niños y adolescentes y también explica los síntomas que deben poner alerta a las familias

María Quevedo, psicóloga y Directora Sanitaria y de Tratamiento de RECAL, experta en pantallismo (Foto. Freepik)
María Quevedo, psicóloga y Directora Sanitaria y de Tratamiento de RECAL, experta en pantallismo (Foto. Freepik)
Verónica Serrano
10 junio 2024 | 10:00 h
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Está claro que el auge de las tecnologías ha permitido avanzar en muchos campos, pero su uso también conlleva algunos riesgos. Centrándonos en la salud mental y en la utilización de las redes sociales y los dispositivos electrónicos, asistimos a una nueva era en la que la adicción a las pantallas es ya una realidad en buena parte de la sociedad. Es lo que conocemos como pantallismo.

María Quevedo, psicóloga y Directora Sanitaria y de Tratamiento de RECAL, explica en declaraciones para Estetic que esta adicción se observa de manera más habitual en el móvil, ya que “es la pantalla más accesible”. Como es de imaginar, el pantallismo presenta una mayor incidencia en los jóvenes y, de hecho, se estima que “uno de cada cinco padece esta adicción”.

Basándose en los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la experta señala que un 23,3% de los jóvenes realiza un uso abusivo del móvil y tienen un riesgo elevado de adicción, mientras que un 13,2% ya son totalmente dependientes de las pantallas. Por lo tanto, estamos ante un problema tan emergente como real que en la Clínica Recal conocen bien, pues aproximadamente un 2% de las personas que ingresaron en 2022, lo hicieron por pantallismo.

"A día de hoy el 86,7% de personas con 10 años disponen de teléfono móvil, cuando hace unos años era con 15 años”

Se trata del “uso excesivo, repetitivo, compulsivo y prolongado del móvil, así como por la incapacidad de controlar su consumo”. Las personas que sufren pantallismo dicen “sentirse desconectadas de la realidad, y su entorno lo confirma, señala la experta. Y si no se detecta y trata a tiempo, las consecuencias en la salud mental y física del paciente pueden ser graves.

A esta realidad han contribuido, como se señalaba, el auge de los dispositivos electrónicos y la disminución de la edad a la que los adolescentes acceden al teléfono móvil. “A día de hoy el 86,7% de personas con 10 años disponen de teléfono móvil, cuando hace unos años era con 15 años”, recuerda la psicóloga. Pero también tiene mucho que ver “la ausencia de límites claros”.

Los jóvenes “no son biológicamente capaces de establecer sus propios límites y necesitan de sus figuras de apego para aprender a regularse”, indica la experta. Por ello, añade que es necesario establecer límites claros, con propósitos y argumentos suficientes que los respalden, aunque estos no deberían aplicarse relacionados al uso del móvil, sino en general.

"Las personas más jóvenes necesitan de sus figuras de apego para aprender a regularse"

Asimismo, María Quevedo destaca otros factores como causantes de la problemática. Entre ellos, el hecho de que “cada vez es más fácil acceder a un móvil o aparato electrónico, ya que a medida que pasa el tiempo se hacen más intuitivos y fáciles de usar”. Además, “su uso está más normalizado”. Por otro lado, destaca el refuerzo intermitente con el que funcionan muchas aplicaciones “para enganchar a los usuarios”:

“Se trata de dar placer de vez en cuando al usuario cuando usa la aplicación, pero no siempre. De esta manera, los usuarios no saben cuándo van a experimentar exactamente esa sensación de refuerzo (por ejemplo un like en Instagram) que les genera bienestar y alivio. Por eso continúan haciendo un uso compulsivo de dicha aplicación, buscando experimentar ese placer, sin tener control de cuándo aparecerá”.

"Todas las aplicaciones que funcionan con un sistema de 'likes' o 'me gusta' tienen mayor potencial adictivo"

Cualquier aplicación, plataforma o red social con un mecanismo de enganche puede generar ese refuerzo intermitente, pues “ofrecen a las personas una validación y les hacen sentir queridos”. El problema nace realmente cuando el individuo “se hace cada vez más dependiente de esa validación y la necesita cada vez más”, recalca.

Por último, la psicóloga señala la necesidad de pertenencia a un grupo en el auge del pantallismo, una necesidad que acusan todos los seres humanos, pero especialmente los jóvenes. “Hacemos lo que haga falta para recibir el reconocimiento de nuestro grupo de iguales y, en la actualidad, al estar todo el mundo conectado, ni siquiera es necesario relacionarse presencialmente, basta con abrir una red social para satisfacer esa necesidad”, explica. “Lo contrario sería estar marginado”.

SÍNTOMAS DE PANTALLISMO EN JÓVENES

En pantallismo conlleva principalmente problemas asociados al funcionamiento neurológico y la salud mental de los pacientes. Dado que “puede producir falta de atención”, la experta indica que es importante evaluarlo cuando se sospecha de TDAH. También afecta a la conducta y a la baja autoestima. Por estos motivos, es de vital importancia vigilarlo y, para ello, las familias pueden atender a los siguientes síntomas para tratar de detectarlo:

  • No salir de la habitación.
  • Pérdida de peso.
  • Cansancio.
  • Disminución del rendimiento escolar.
  • Somnolencia originada por la reducción de las horas de sueño, que se dedican al uso del móvil.
  • Aislamiento e irritabilidad.
  • Alteraciones en el estado de ánimo.
  • Conductas de agresividad, especialmente cuando se le solicita que desconecte.
  • Pérdida del interés en otras actividades.

“Estos síntomas no son exclusivos de la adicción a pantallas”, advierte la psicóloga, pero “nos deben poner alerta para empezar a actuar”, concluye.

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