Con la llegada del verano, las altas temperaturas aumentan las probabilidades de sufrir un golpe de calor e incluso una deshidratación. Aunque parecen sinónimos no lo son. Para saber cómo actuar debemos reconocer ante qué situación nos enfrentamos: un golpe de calor, una deshidratación o agotamiento por calor.
La Organización Colegial de Enfermería diferencia el golpe de calor del agotamiento en el sentido del tiempo. Normalmente, las altas temperaturas pueden propician un golpe de calor que tiene su origen bien en la exposición prolongada al sol, realizar un esfuerzo físico en un clima caluroso o con poca ventilación. Mientras que, el agotamiento sucede tras varios días de exposición a altas temperaturas, cuando el exceso de sudor reduce los fluidos y sales minerales que nuestro organismo produce naturalmente con el objetivo de enfriar el cuerpo.
AGOTAMIENTO POR CALOR
Cuando el cuerpo se sobrecalienta, puede sufrir una afección que recibe el nombre de agotamiento por calor. Puede estar propiciado por una exposición prolongada a altas temperaturas, a una humedad excesiva y actividad física intensa. Concretamente, cuando el cuerpo no consigue enfriarse y regular su temperatura adecuadamente. Un proceso que, se lleva a cabo a través de la sudoración.
Los síntomas por agotamiento incluyen:
- Debilidad y fatiga
- Náuseas y mareos
- Desmayo
- Calambres musculares
- Sudoración excesiva, piel fría y húmeda.
Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería aconsejaba en ConSalud.es que “lo mejor es descansar en un lugar fresco, en una habitación oscura e hidratarse con zumos y bebidas diluidas en agua. Sin embargo, si los síntomas empeoran o perduran en el tiempo es conveniente consultar con nuestro profesional sanitario de referencia”.
GOLPE DE CALOR
Un golpe de calor puede ser la situación más grave a raíz de una temperatura elevada. Esto se debe al riesgo potencial de muerte por colapso que algunos órganos pueden sufrir. Consiste en uno de los escenarios más graves de hipertermia, el sobrecalentamiento del cuerpo a causa de las altas temperaturas cuando el cuerpo no es capaz de regular su temperatura.
Evitar el consumo de alcohol y cafeína en días claurosos ayuda a prevenir el riesgo de golpe de calor
Cuando esto sucede, el cuerpo pierde líquido, lo que impide la función reguladora del sudor.
Sus síntomas son:
- Sequedad sin sudor
- Pulso acelerado
- Piel enrojecida y caliente
- Dolor intenso de cabeza y mareos
- Confusión, debilidad o pérdida de conciencia
Ante esta situación es prioritario alertar a los servicios de emergencias. En ese sentido, Guadalupe Fontán, recomendaba que: “Mientras se espera la ayuda habría que enfriar el cuerpo, quitarle la ropa, ponerle en una habitación oscura con paños de agua fría sobre el cuerpo o que se dé un baño o ducha fría, abanicarle y que beba agua fresca poco a poco si está consciente”.
Además, desde la Asociación Española de Pediatría (AEPD) alertan sobre los golpes de calor que se pueden producir si se deja a un niño solo dentro de un coche. Y es que, aunque sea un día nublado, un vehículo expuesto al sol “es como un horno”: absorbe el calor de los rayos del sol creando un efecto invernadero mientras la temperatura sube de manera constante.
DESHIDRATACIÓN
La deshidratación no tiene porque ser una consecuencia directa de las altas temperaturas o el calor. Pero, puede tener su origen en la transpiración excesiva y pérdida de líquidos que puede ser resultado de un ambiente muy caluroso.
Asimismo, compensarlos líquidos perdidos con agua en los días de temperaturas superiores o humedad es necesario para evitar una deshidratación y sus complicaciones.
No existe un indicador temprano en todas las personas que indique un episodio de deshidratación, pero algunos síntomas son los siguientes:
- Sed e incapacidad de retención de ningún líquido
- Poca frecuencia de micción
- Orina y heces de tonalidad oscura
- Fatiga
- Mareos y confusión
Algunos consejos para evitar los riesgos asociados a las altas temperaturas propias del verano son: evitar la exposición directa durante las horas centrales del día, entre las 12:00 y las 17:00, beber abundante agua y mantenernos hidratados, evitar el alcohol y la cafeína.