La osteoporosis afecta a más de 2,5 millones de personas en España, unas cifras preocupantes que se suman a los alarmantes datos del último informe europeo de la Fundación Internacional de la Osteoporosis: en 2021, la prevalencia de la enfermedad había aumentado al 5,5% de la población. Se trata de una patología ‘silenciosa’ o infradiagnosticada, que afecta a 1 de cada 3 mujeres y a 1 de cada 5 hombres, y que no suele dar la cara hasta que se produce una factura ósea en edades generalmente maduras y avanzadas.
Pese a ese infradiagnóstico, la osteoporosis es la enfermedad más importante de los huesos, caracterizada por la pérdida de tejido óseo y acompañada de la ausencia de síntomas. Es la primera fractura la que evidencia la presencia de la patología, que hace que los huesos pierdan densidad, cambien de estructura, esta se vuelva más porosa, con cavidades cada vez más grandes y numerosas.
Esa pérdida de densidad ocurre por la alteración del equilibrio entre la creación de hueso en los osteoblastos y su reabsorción por los osteoclastos. Un desajuste debido, en concreto, al fallo durante el crecimiento para la generación de masa ósea con calidad mineral suficiente o a una reabsorción excesiva o respuesta inadecuada frente a la destrucción del hueso.
"La osteoporosis afecta a más de 2,5 millones de personas en España"
Como consecuencia, la fractura ósea llegará tarde o temprano al paciente, quien puede no ser consciente de su estado al tratarse de una enfermedad silenciosa. Pero, con esa primera factura, se constata una limitación permanente en el 30% de los pacientes, la imposibilidad de andar de forma independiente en el 40% de ellos y la incapacidad de realizar, al menos, una actividad de forma independiente en la vida diaria en el 80%. Al mismo tiempo, aumenta la probabilidad de sufrir nuevas fracturas.
No obstante, conocer la edad, sexo y raza del paciente pueden ayudar a determinar la evolución del capital óseo de las personas. Esto es la masa esquelética, que alcanza su máxima densidad a los 35 años. Después de este momento, empieza a decaer, influenciada por la producción hormonal, la genética y el estilo de vida, al que afectan el tipo de actividad física o el consumo de tabaco y alcohol, entre otros.
Permanecer atentos a estos factores y anticiparse a ellos puede ayudar a prevenir el desarrollo de osteoporosis. Para el Dr. Luis López Tallaj, cirujano plástico, la prevención es “de vital importancia” y, por ello, da unos consejos de cuidados para mantener a raya la pérdida de densidad ósea. En primer lugar, habla de cuidar los hábitos y las hormonas:
“Contrariamente a lo que se pueda pensar, ni la suplementación con calcio ni el consumo de lácteos evitan la aparición de osteoporosis”
“Osteoblastos, osteocitos y osteoclastos cuentan con dos receptores de estrógenos: los ERa y los ERb. La diminución estrogénica a partir de los 35 años y su déficit a partir de la menopausia produce cambios en el comportamiento de estas células, que empiezan a destruir más hueso del que generan”, indica. Además de estas causas relacionadas, conviene revisar otros factores como el alcoholismo, los glucocorticoides, el tratamiento para cánceres hormono-dependientes (como el de mama o el de próstata), ciertas enfermedades inflamatorias reumáticas, endocrinas y hepáticas, etc.
Por otro lado, hay que cuidar la alimentación. Para fortalecer los huesos, se recomienda una dieta equilibrada y rica en vegetales, frutos secos, pescado azul y proteínas de calidad, como la carne roja, los huevos, el queso, el yogurt de queso de cabra y el marisco. Asimismo, se deben evitar el tabaco, el consumo de alcohol y los refrescos azucarados, que son desmineralizantes.
Además, el doctor expone que, “contrariamente a lo que se pueda pensar, ni la suplementación con calcio ni el consumo de lácteos evitan la aparición de osteoporosis”. Lo que sí ayuda bastante es la práctica de ejercicio regular, como la bicicleta. Incluso el hecho de caminar 10 kilómetros diarios es muy útil, como también lo es el entrenamiento de fuerza, destinado a construir masa muscular y a minimizar el riesgo de sarcopenia (el paso previo a la osteoporosis).
“La suplementación actual para el refuerzo del hueso combina la vitamina D3 con 125 mcg de vitamina K2 después de la comida y 400 mg de magnesio después de la cena”
Otro de los factores a supervisar es el déficit de la vitamina D3, cuestión de relevancia dado que el 50% de la población lo sufre. Sin embargo, la Vitamina D3 es fundamental para la formación del hueso en una cantidad de 50 microgramos por decilitro de sangre, la cual no se alcanza de forma natural después de superar los 40 años. “La suplementación actual, científicamente comprobada para el refuerzo del hueso, combina la vitamina D3 con 125 mcg de vitamina K2 después de la comida y 400 mg de magnesio, después de la cena”, indica el Dr. Tallaj.
De esta forma, se estimula el sistema inmune, se mantiene la función cognitiva y es posible prevenir enfermedades como la depresión y la esquizofrenia, la tensión arterial alta, la enfermedad coronaria, el asma, la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide y la debilidad muscular. Además, otras fuentes de vitamina D3 son el salmón, los huevos o los hongos, aunque también es posible obtenerla a través de la exposición al sol.
El pellet a nivel subcutáneo se está empezando a utilizar para recuperar los niveles de testosterona perdidos durante la menopausia
Por último, el experto expone la posibilidad del tratamiento de reposición hormonal a partir de los 50, con el cual es posible mejorar la sintomatología de la menopausia. De esta etapa son característicos los sudores, el insomnio, la ansiedad, la pérdida de memoria, la sequedad cutánea o la falta de libido, entre muchas otras. Pero también la osteoporosis, por culpa de la disminución de los niveles de estrógenos.
“La mejor opción y la más sencilla es la suplementación con testosterona vegana, derivada del ñame, que se administra mediante el Chip de la Juventud”. Es un pellet que se coloca a nivel subcutáneo y que libera testosterona a lo largo de los 5 meses posteriores. “Se aplica cuando los niveles de testosterona disminuyen y caen a una tercera parte, lo que conlleva el inicio silente de la reabsorción ósea”, concluye el cirujano.