La pérdida del cabello no es un problema exclusivo de hombres. Las mujeres también pueden verse sometidas a una alopecia a cualquier edad después de la pubertad, que incluso puede ir a más con el paso de los años y afectar considerablemente a la calidad de vida de la persona, con todos los problemas de autoestima que conlleva.
La alopecia androgénica, la más habitual entre la población, es la causa más común de pérdida de cabello en las mujeres. Consiste en la pérdida progresiva del cabello y en su densidad, especialmente en la corona y el cuero cabelludo frontal.
En mujeres que entran en la menopausia, este problema afecta al 40% de ellas. Pero también existen muchas enfermedades endocrinológicas asociadas al desarrollo de esta enfermedad, como el hiperandrogenismo, el síndrome del ovario poliquístico (SOP), la hiperprolactinemia, la hiperplasia suprarrenal y determinados tumores ováricos y suprarrenales.
"Aunque no es una enfermedad grave, la alopecia constituye un problema médico por las consecuencias en la baja autoestima"
María Calvo, jefa de servicio de Dermatología y Medicina Estética de Olympia Quirónsalud explica que “el papel de los andrógenos en las mujeres menopáusicas sigue siendo objeto de estudio sobre la alopecia y se han implicado otros factores ambientales como el estrés, el tabaquismo y la inflamación microbiana (inflamación de una articulación debido a una infección bacteriana o micótica)”.
La experta también explica que “aunque no es una enfermedad grave, constituye un problema médico por las consecuencias en la baja autoestima e incluso ansiedad y depresión de la mujer afectada”. Por eso es tan importante su diagnóstico, porque además existen distintos tipos de alopecia y conviene aplicar el tratamiento más adecuado.
Aunque el objetivo siempre será el mismo: “detener la progresión de la enfermedad, propiciar el crecimiento del cabello y tratar las enfermedades asociadas”, como la dermatitis seborreica y el hiperandrogenismo.
TRATAMIENTOS PARA LA ALOPECIA
Según los estudios científicos, los tratamientos que ofrecen mejores resultados son los que aplican terapias combinadas. Hay tratamientos no invasivos, como el minoxidilo en pastillas o aplicado tópicamente, medicamentos antiandrógenos como la finasterida y la dutasterida (eficaces en mujeres menopáusicas), la bicalutamida o la espironolactona, o microinyecciones de antiandrógenos y plasma rico en plaquetas.
También se pueden aplicar tratamientos con láseres de baja intensidad destinados a mejorar el crecimiento y el grosor de las fibras capilares, eficaces en personas con una caída del pelo moderada. En combinación con el minoxidilo, se mejoran los resultados obtenidos, tal y como destaca la experta.
Por otro lado, la mesoteapia es un procedimiento seguro y con efectos terapéuticos “que permite la administración combinada de vitaminas y moduladores androgénicos”. Estos se pueden inyectar al momento y sin necesidad de que sea de forma oral para minimar los posibles efectos adversos. Y por último, la doctora destaca los recientes estudios sobe las células madre mesenquimales, que parece que aportan factores de crecimiento, aunque de forma temporal.