Compromisos sociales, gastos, organización de reuniones familiares, balance del año, alcohol, comidas grasas o azucaradas y prisas por llegar a los eventos. Todo ello forma parte de la ‘cara oculta’ de la Navidad. Se trata de un precio a pagar por disfrutar de este periodo vacacional, pero no es algo inocuo: todo ello desemboca en un gran agotamiento emocional al concluir las fiestas. Este periodo, que debería ser una oportunidad para descansar y celebrar, a menudo resulta en estrés acumulado y sensación de vacío cuando las luces se apagan.
“Se trata de una época en la que se cierran ciclos, nos queremos reunir y hacemos grandes gastos económicos”, explica para Estetic.es la psicóloga Ana Asensio, portavoz del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Por ello, no es de extrañar que nos sintamos con menos ánimo de lo normal. Además, las redes sociales también juegan en contra de la salud mental durante la Navidad. “Estamos hiperconectados, llenos de mensajes de felicitación, vídeos, objetos de compra, bombardeos comerciales o música”.
"Puede ocurrir que durante estas fiestas recordemos mucho a personas que no están o a las que no podemos ver"
Pero, ¿cómo saber si estamos experimentando agotamiento emocional tras las fiestas? La experta señala que si se siente cansancio, altibajos emocionales, ansiedad o sensación de estar sobrepasado y sobrecargado, es posible que se trate de agotamiento emocional. “Puede ocurrir que durante estas fiestas recordemos mucho a personas que no están o a las que no podemos ver. Esto puede generar síntomas de tristeza”, añade. De hecho, no es necesario esperar a que finalice la Navidad para tener sensaciones negativas: puede haber rechazo a tanta luz y tanta fiesta cuando no hay ganas de celebrar.
¿CÓMO PODEMOS CUIDARNOS?
Aunque lo cierto es que no hace falta esperar al final de las fiestas para cuidarse, no está todo perdido si no hemos podido seguir unos hábitos medianamente saludables. “A la hora de acabar las fiestas, lo primero que hay que hacer es intentar volver a las rutinas y hacer un plan de limpieza a todos los niveles”. Por ejemplo, este plan de limpieza puede comenzar por hacer un vaciado y donación de cosas que ya no se vayan a usar. Pero esta medida no se reduce solo a lo material: también puedes hacer una limpieza alimenticia. “Hacer un plan detox te puede ayudar a volver a establecer rutinas de descanso y sueño”.
Otro aspecto que puede ayudar a cuidar nuestra salud mental es “entender que con la culpa no se va a ningún sitio”. La experta lanza este argumento ante un sentimiento que suele aparecer bastante: el malestar por haber gastado demasiado. “Lo que tenemos que hacer es ser responsables de lo que hemos hecho y, después, poner remedio. Por ejemplo podemos intentar compensar los gastos al mes siguiente”. Este consejo aplica para otros excesos como, por ejemplo, los relacionados con la alimentación.
Por otro lado, la psicóloga recomienda que, si nos arrepentimos de haber cometido excesos, anotemos en una agenda lo que ha pasado. Esto nos ayudará a no olvidar lo ocurrido de cara a las próximas navidades. “Recomiendo hacer un acto de reflexión y apuntar cosas que hayan pasado factura, cosas que se han hecho bien y cosas que se hubieran podido mejorar”.
“Si simplemente se trata de un agotamiento emocional por las fechas navideñas o por conductas excesivas, con lo que resta del mes de enero debería ser suficiente para retomar tu equilibrio”
¿CUÁNDO PREOCUPARSE?
Para saber si este agotamiento emocional que estamos experimentando se trata de algo pasajero o, por el contrario, es algo más profundo, solo tenemos que observar los tiempos. “Si simplemente se trata de un agotamiento emocional por las fechas navideñas o por conductas excesivas, con lo que resta del mes de enero debería ser suficiente para retomar tu equilibrio”.
De hecho, Ana Asensio señala que en dos o tres semanas deberías retomar tu equilibrio perfectamente, siempre en función del grado de exceso que hayas hecho. “Si ves que, una vez pasado este tiempo aproximado, sigues con estos sentimientos, probablemente esté pasando algo más y no sea solo por los excesos navideños”. Así, a partir de las cuatro semanas sin encontrarte bien, la experta subraya que es importante que te empieces a plantear que, a lo mejor, “debajo de ese disfraz de exceso de Navidad había otras cosas pendientes”.
El agotamiento emocional tras la Navidad es una experiencia común que puede gestionarse adoptando hábitos que promuevan el bienestar y la conexión con uno mismo. Practicar el autocuidado, establecer límites y priorizar el descanso son pasos esenciales para recuperarse del estrés acumulado y afrontar el nuevo año con energía renovada.