Después de cumplir con la rutina y el trabajo durante todo el año, llegan los ansiados días de vacaciones. Durante estas semanas, aprovechamos para disfrutar y olvidarnos un poco de lo que hacemos todos los días. Y, aunque hay quienes tienen muy interiorizado lo de desconectar, lo cierto es que todavía hay personas que pasan más horas delante de las pantallas durante los días de verano, pues disponen de más tiempo libre y encuentran en los dispositivos electrónicos una forma de entretenimiento.
Aunque la tecnología puede sernos de gran utilidad, no hay que olvidarse de que nuestra mente necesita desconectar. Darse un respiro de internet y las redes sociales es importante durante todas las semanas el año para cuidar de la salud mental, pero más si cabe durante estas fechas para resetear y cargar las pilas, que deben aguantarnos otros cuantos meses.
Practicar la desconexión digital es cuestión establecer límites definidos para el uso de dispositivos electrónicos, como programar horarios específicos y controlados para revisar el correo y las redes sociales y reservar momentos libres de tecnología, especialmente antes de dormir. Para sobrellevarlo mejor y ocupar el tiempo con otras actividades, puedes preparar momentos familiares o excursiones al aire libre para entrar en contacto con la naturaleza.
Dejando los móviles a un lado, favorecemos las relaciones en persona
Se trata de disfrutar del presente y de lo real para aprovechar los siguientes beneficios para tu salud física y mental:
- Reducción del estrés y la ansiedad: el uso constante de la tecnología, especialmente las redes sociales, incrementa los niveles de estrés y ansiedad. La presión por estar siempre disponible y la sobrecarga de información contribuyen al agotamiento mental, tal y como ha demostrado la evidencia científica. Desconectar permite que nuestra mente se relaje y que disminuya la secreción de cortisol, la hormona del estrés, favoreciendo una mente con más claridad.
- Mejora de la calidad del sueño: derivadamente de la reducción del estrés y la ansiedad, es mejor conciliar el sueño en un estado de relajación. Además, el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir es conocido por interferir con los patrones de sueño. La luz azul que emiten las pantallas afecta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Así pues, al desconectar, especialmente por la noche, facilitamos un descanso más profundo y reparador.
- Aumento de la productividad y la creatividad: el tiempo libre del que podemos disfrutar sin la constante interrupción de notificaciones y mensajes permite que la mente divague y explore nuevas ideas o aficiones. Al mismo tiempo, con una mente relajada es posible concentrarse mucho mejor en las tareas del presente, cometiendo menos errores y mejorando la calidad del trabajo realizado.
- Aprovecha el tiempo para cuidar tu salud física: con tiempo libre y sin tecnología de por medio, el verano es la temporada ideal para probar nuevas actividades al aire libre o practicar aquellas que ya nos gusten. Desde nadar, hacer surf, yoga, aquagym… Hay miles de opciones. La desconexión digital nos anima a salir y a movernos, fortaleciendo nuestra salud física, nuestro sistema cardiovascular, reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y manteniendo el tono muscular.
- Fortalecimiento de las relaciones sociales: dejando los móviles a un lado, favorecemos las relaciones en persona, lo que fortalece, sin duda, los lazos con familiares y amigos. En verano los días son más largos y animan a realizar actividades al aire libre en compañía, dedicando tiempo a quienes más importan en entornos saludables.
- Conexión con la naturaleza: ligado al beneficio anterior, los días de vacaciones son perfectos para desconectar de la rutina y disfrutar de los ambientes naturales en compañía. Ya sea en la playa o en la montaña, desconectar digitalmente al aire libre nos permite contactar con la naturaleza y dejarnos fascinar por su belleza y tranquilidad. Unas propiedades que, según la ciencia, contribuyen a mejorar la salud mental.