¿Quién no se ha desesperado alguna vez con su cabello? El cuidado capilar no es tan fácil como parece, ya que no es aplicarse solo el champú y ya está.
Por ello, Caroline Greyl, presidenta de Leonor Greyl, descubre los grandes gestos -de uso diario- para transformar tu cabello.
1. Cepilla tu melena siempre en seco antes de lavarla. Esto garantiza un desenredado seguro y sin rotura. El cabello húmedo es más débil y causarás más daño. Además, así la aplicación del champú será más eficaz y mucho más agradable.
2. Incorpora un tratamiento previo a tu rutina. Un producto capaz de desenredar, nutrir y suavizar el cabello, al mismo tiempo que lo prepara para el champú.
3. Mantén una correcta limpieza de tus accesorios capilares. Limpia peines y cepillos con regularidad. La suciedad que se acumula en ellos daña el cabello y le resta brillo. Hay que limpiar los cepillos una vez a la semana retirando con un peine los cabellos que puedan quedar en el cepillo. Y una vez al mes hay que hacer una limpieza más profunda, quitando de nuevo el cabello primero, y sumergiendo después el cepillo en agua con alcohol para desinfectar. Por último, déjalo secar en el lavabo y nunca sobre un radiador. Y los cepillos que tienen ''almohadilla'' hay que presionarlos para eliminar el agua que se queda dentro.
4. Elige el champú según el cuero cabelludo. Y no en base a cómo tienes la melena de medios a puntas. Tampoco lo elijas por la cantidad de espuma que haga. Contrariamente a lo que piensas, los champús que generan mucha espuma suelen ser más agresivos y le quitan al cabello sus aceites naturales.
Hay que limpiar los cepillos una vez a la semana retirando con un peine los cabellos que puedan quedar en el cepillo
5. Lava solo las raíces. No es necesario aplicar champú ni frotar el resto de la melena: con el champú que cae sobre medios y puntas desde la raíz es más que suficiente. El champú solo debe aplicarse en el cuero cabelludo y la espuma generada en la raíz se deslizará naturalmente por todo el cabello durante el aclarado para purificarlo sin dañarlo.
6. Si lavas tu pelo con frecuencia, no reapliques el champú. Si te gusta lavarte el pelo a diario o cada dos días, haz una sola aplicación de champú y aclara a fondo. ¡No necesitas más! Si se espacian más los lavados, se recomiendan dos aplicaciones sucesivas de champú.
7. El lavado debe durar tres minutos, como poco. Humedece bien el cabello, para luego repartir una pequeña cantidad de producto en la raíz. Masajea estimulando el cuero cabelludo y añade agua poco a poco para emulsionar el producto mientras sigues masajeando. Realiza estos gestos durante tres minutos para beneficiarte de todas las propiedades del producto y asegurarte de que raíces y cuero cabelludo quedan realmente limpios. Cuando hayas obtenido una espuma fina, aclara con abundante agua hasta que el cabello "cruja" entre los dedos.
8. Escoge la mascarilla en función del estado de la melena y las puntas. Y nunca la apliques sobre la raíz, o perderás volumen. Tampoco la dejes más tiempo del recomendado ya que el cabello tenderá a secarse. Puede aplicarse antes del lavado sobre el pelo seco para que el agua no impida su absorción, o después de lavar el cabello sobre el pelo perfectamente escurrido con la toalla.
9. Adapta tu ritual capilar en función de donde estés. El clima y la calidad del agua son factores más importantes de lo que pensamos. Afectan y mucho a tu cabello y su estado.
10. Protege tu cabello del calor. Nunca utilices secador u otras herramientas térmicas sin haber aplicado un protector antes de medios a puntas. Un sencillo gesto que solo te llevará unos segundos, pero que marca la diferencia.