Los smartphones no solo han cambiado la manera en la que nos relacionamos, sino que han influido sobre las exigencias estéticas creando nuevas necesidades.
Y es que, desde hace tiempo somos conscientes de que el auge de los 'selfies' es en gran medida responsable de un notable incremento de la demanda de tratamientos de medicina estética por parte de pacientes cada vez más jóvenes.
''Estos primeros planos, normalmente hechos con poca luz y posturas poco naturales son, en general, poco favorecedores, ya que aplanan la cara, la ensanchan y destacan cualquier pequeña imperfección como manchas, venitas rotas, marcas, cicatrices, arruguitas finas o narices irregulares'', señala Yolanda Albelda, directora de la Clínica de Medicina Estética Yolanda Albelda. Así pues, cuanto más cerca se sitúa la cámara del móvil más ancha parecerá la cara, debido al efecto de ojo de pez. Además, las luces y las sombras suelen exagerar los defectos e incluso hacer que parezcan deformidades.
Pero, no solo eso, el mal uso del smartphone también es el responsable de los problemas estéticos fruto del ''textneck'' o ''cuello de Smartphone''.
Los smartphones han influido sobre las exigencias estéticas creando nuevas necesidades
Según la Clínica de Medicina Estética Yolanda Albelda, el movimiento constante de sacar el móvil, dejarlo a la altura del pecho, bajar el cuello doblándolo hacia delante para mirar la pantalla, provoca distensión en los tejidos, descolgamiento y una menor resistencia a la gravedad. Con este gesto se ejerce una presión sobre la columna de unos 20kg, que es absorbida en parte por la piel del cuello, que no puede soportarla porque es muy fina y cede hasta rellenarse de grasa y formar una papada. Esto es lo que se conoce como ''textneck'' y que ha hecho que personas cada vez más jóvenes comiencen a manifestar síntomas como flacidez en cuello y barbilla, y arruguitas prematuras.
No obstante, está claro que la genética y los kilos de más afectan a la aparición del doble mentón o la dichosa papada, pero el creciente uso del Whatsapp, Messenger o Facebook, también influyen en que aparezca antes de tiempo y en la pérdida prematura de la elasticidad y firmeza de la piel del cuello. Además, la piel es muy fina debido a que tiene menor densidad de las fibras conjuntivas, menos glándulas sebáceas y poco tejido adiposo.
Existen, además de correcciones posturales, algunos tratamientos que pueden ayudar a mejorar dicho inestetismo, logrando que el cuello recupere la apariencia que debe de tener. Uno de ellos es Ultherapy, un tratamiento que nos permite, mediante los ultrasonidos focalizados de alta intensidad y guiados mediante un ecógrafo, eliminar el exceso de grasa y definir de nuevo el ángulo mandíbular.
Además, se puede combinar con productos como la Hidroxiapatita Cálcica que nos permite estimular la formación de nuevo colágeno, combatiendo así la flacidez tan típica de esta zona; con la Carboxiterapia, donde se inyecta gas CO2 en profundidad, que permite una mayor vascularización de la zona y favorece la ruptura de la membrana celular de los adipocitos; con los cócteles de Mesoterapia a base de agentes lipolíticos que ayudan a deshacer las células grasas acumuladas y a eliminar los triglicéridos liberados; o con la Radiofrecuencia Médica, que contribuye a potenciar los resultados, mejorando la flacidez cutánea mediante la síntesis de nuevo colágeno.
En cuanto a lo que se conoce como el Collar de Venus (las arrugas horizontales concéntricas que rodean el cuello), lo ideal es la combinación de peeling químicos medios con mesoterapias a base de Ácido Hialurónico lineal para su hidratación.