La incorporación del hombre a los tratamientos médico-estéticos ha experimentado un aumento exponencial en los últimos años, según la experiencia clínica de Instituto Médico Láser (IML), cuyos pacientes varones suponen hoy, un 30% de su cartera.
En este sentido, las diferencias anatómicas y tisulares, así como el canon de estética masculino son tan diferentes a los de la mujer, que condicionan la elección y la realización la técnica. Dado que el resultado buscado por el varón es discreto y natural, lo que se persigue es “una nariz recta, así como pómulos y mentón definidos, que otorguen un aspecto masculino de hombre maduro y en su mejor momento, con experiencia y atractivo
En cuanto al tipo de piel del hombre, es más gruesa y más rica en fibras de colágeno y elastina. Tarda más en arrugarse, pero cuando lo hace, aparecen líneas más profundas y marcadas. La gran receptividad de los andrógenos, así como la cantidad superior de glándulas sebáceas, explican su mayor producción de grasa. Posee una mayor eficiencia para mantener los niveles de hidratación en la piel, lo que implica más resistencia frente a factores ambientales. Se ve agredida por el rasurado diario, lo que a veces se traduce en irritaciones, sensibilidad, sequedad y foliculitis.
Por otro lado, la nariz masculina es más ancha, estrecha y recta, algo más larga que la femenina. Es deseable que su perfil sea menos respingón. A su vez, las cejas han de ser rectas, con una densidad pilosa superior a la de la mujer, cuyas cejas suelen presentarse curvadas y menos pobladas.
La incorporación del hombre a los tratamientos médico-estéticos ha experimentado un aumento exponencial en los últimos años
La frente del varón debe ser más ancha que la de la mujer, cuya frente, más estrecha, es una característica típicamente femenina. Los pómulos son marcados y angulosos en el caso del hombre; en el de la mujer son suaves y redondeados. La mandíbula del varón es uno de los factores que más refuerzan su masculinidad y atractivo, por eso ha de ser más cuadrada y más ancha. Los labios del varón tienen menos proyección que los de la mujer
Por todo ello, en IML disponen de Facial for men, un tratamiento diseñado para hombres para mejorar el atractivo de su rostro, o bien para tratar un envejecimiento leve o moderado.
Se trabaja en tres niveles. En el tercio superior, modula los movimientos musculares demasiado potentes con toxina botulínica de mayor difusión, que se inyecta para suavizar las arrugas de la frente y el entrecejo. Suministrada en forma de mesobotox, consigue una tenue relajación muscular, que no borra las arrugas sino que les resta dramatismo. Al contrario que la mujer, no se trata la cola de la ceja, que debe mantener su posición. La infiltración en los músculos prócerus y corrugador consigue eliminar la crispación del entrecejo, despejando la mirada.
En el tercio medio, reposiciona los volúmenes y trata la proyección angular de sus estructuras, a menudo descendidas o desdibujadas con el paso del tiempo. Tras estudiar la fisonomía del paciente y la disposición anatómica de sus facciones, se mejora y se marca la proyección de la arcada cigomática (pómulo) con ácido hialuronico de alta densidad. La corrección suave del surco nasogeniano y de la hendidura malar con idéntica infiltración, constituyen correcciones mínimas, que suavizan el conjunto.
En el tercio inferior, el trazado del mentón, decisivo en el atractivo masculino, se aborda desde la parte posterior de la mandíbula hacia la barbilla. La infiltración de ácido hialurónico con alta densidad aporta proyección y volumen a demanda, a fin de recrear un masetero fuerte, ancho y definido.