El 90% de aquellos que acuden a un profesional de la belleza para tratar sus piernas lo hacen preocupados por la flacidez del tejido o por la celulitis, sobre todo una vez cumplidos los 40, o bien por los cúmulos de grasa que suelen formarse en zonas tan localizadas como la cara interna del muslo o la rodilla, según Marta García.
En este sentido, si queremos poner a punto la salud y aspecto de nuestras extremidades uno de los aspectos que más tenemos que tener en cuenta es tener una buena circulación sanguínea.
Para aquellos que pasan mucho tiempo sentados o de pie debido a su trabajo, existe un tratamiento de cabina que puede serles de gran ayuda. Se trata de Lymphocell, el mejor para actuar sobre la alteración de la microcirculación linfática.
Lympocell estimula y recupera la función del sistema linfático y elimina las sustancias acumuladas en el tejido graso sin destruirlo ni agredirlo. Es un tratamiento revolucionario ya que es el primero que actúa en la causa y no en la consecuencia, movilizando las macromoléculas y redistribuyendo el líquido intersticial mediante la estimulación del sistema linfático de forma manual, electrónica y mecánica con ayuda de dos equipos.
Asimismo, es un tratamiento que exige cumplir el protocolo de manera estricta, por lo que hay que dedicarle tiempo y constancia, pero tiene unos resultados sorprendentes y rápidos.
Los resultados del tratamiento son totalmente sorprendentes: piernas desinflamadas, mejora del dolor o eliminación total en el 90 % de los casos, mejoría absoluta del tono, ligereza y (sin querer) una mejoría absoluta en la celulitis, pudiendo bajar en 10 sesiones de 2 a 3 grados de celulitis.
Si queremos poner a punto la salud y aspecto de nuestras extremidades uno de los aspectos que más tenemos que tener en cuenta es tener una buena circulación sanguínea
Además de este tratamiento, Marta García propone un decálogo para mejorar la circulación de nuestras piernas. ¡Toma nota!
1. Evitar permanecer de pie, quieto o sentado largos periodos de tiempo, dar breves paseos, no cruzar las piernas y mover frecuentemente los pies y las piernas.
2. Poner las piernas en alto en cada momento de descanso, y hacer rotación de tobillos a ambos lados al menos 5 minutos al día.
3. Hacer una dieta equilibrada y baja en sal. El sobrepeso afecta de manera muy negativa a la circulación. Es clave una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales; así como reducir al mínimo el consumo de sal para retener menos líquidos y no sufrir estreñimiento.
4. Hidratarse por dentro y por fuera. Se debe beber con constancia y a lo largo de todo el día, no sirve de nada ingerir 2 litros de agua por la mañana y olvidase el resto del día. La pauta correcta será reponer líquido cada vez que se pierde (cada vez que vas al baño, cuando haces deporte y sudas y, por supuesto, si tienes sed), pero a lo largo del día, no concentrado en unas horas. Si lo concentras consigues un efecto de retención de líquidos, contrario a lo que queremos.
5. El deporte y el movimiento es fundamental, hay que practicarlo de manera regular. Nadar o caminar diariamente (que puedes hacerlo para ir y volver del trabajo), bailar, yoga, gym, bici..., activan la circulación sanguínea.
6. Activar la circulación al final de cada ducha o baño, aplicando agua fría desde el pie hasta la rodilla un par de veces. Esto alivia bastante la pesadez de piernas, aunque realmente solo actúa de paliativo.
7. Hacer masajes circulatorios y de drenaje un par de veces por semana.
8. Usar ropa amplia, las prendas muy ajustadas dificultan el retorno venoso. Y usar calzado ancho y cómodo, sin un tacón excesivo.
9. Evitar el calor. Las altas temperaturas favorecen la dilatación de las venas, por lo que es importante evitar las fuentes de calor dirigidas directamente a las piernas: no se debe tomar el sol en las piernas de manera prolongada, ni depilarse con cera caliente, o utilizar radiadores, saunas, etc.
10. Los suplementos alimenticios, geles para piernas cansadas y cremas circulatorias ayudan en los meses de más calor.