El surco nasogeniano es una línea natural que se forma entre la nariz y las comisuras de los labios, también conocida como "líneas de la sonrisa" o "líneas nasolabiales". Aunque es una característica normal del rostro, con el paso del tiempo, debido a factores como la pérdida de elasticidad de la piel, la disminución de colágeno y la acción de la gravedad, este surco puede volverse más pronunciado, lo que puede dar lugar a un aspecto más envejecido.
Este pliegue, que está presente en todos los rostros, es considerado por muchos un signo de expresión facial, pero también es una de las áreas más preocupantes para quienes buscan tratamientos estéticos, ya que puede influir significativamente en la percepción de la juventud y la vitalidad.
En su publicación más reciente en Instagram, el Dr. Jota (@dr.jota_), especialista en Medicina Estética, abordó de manera clara y precisa cómo tratar esta zona tan visible del rostro. Según el especialista su abordaje no debe realizarse de manera directa, sino que debe ser parte de un enfoque más integral que considere otras áreas de la cara.
Una de las claves del tratamiento adecuado del surco nasogeniano es la evaluación inicial del pómulo, área fundamental que actúa como soporte estructural del rostro
Una de las claves del tratamiento adecuado del surco nasogeniano es la evaluación inicial del pómulo, área fundamental que actúa como soporte estructural del rostro. "Si se ha perdido volumen en la zona central del pómulo o en la sujeción lateral, esto es lo primero que debemos tratar antes de corregir el surco nasogeniano", explica. De hecho, el experto revela que en el 90% de los casos, la corrección del surco se logra de forma indirecta, mediante la reposición de volumen en el pómulo, lo que reduce la apariencia de estas líneas marcadas. "El tratamiento del surco nasogeniano de forma indirecta puede lograrse mediante la reposición del pómulo", afirma el Dr. Jota.
Para lograr este efecto de soporte, el Dr. Jota utiliza ácido hialurónico, una sustancia natural que se infiltra en el área de los pómulos, tanto en la zona central como en la lateral. Esta técnica, aplicada en planos profundos y subcutáneos, no permite solo restaurar el volumen perdido, sino también mejorar el contorno facial. Al recuperar el volumen en esta área, la piel circundante se eleva y se alisa, lo que tiene como efecto secundario el suavizado del surco nasogeniano, haciendo que las líneas sean menos marcadas.
El especialista en medicina estética explica que al recuperar el volumen en el área de los pómulos, se eleva la piel circundante, suavizando las líneas y surcos. Este procedimiento no solo tiene efectos visuales inmediatos, sino que también estimula la producción de colágeno y mejora la hidratación de la piel, contribuyendo a un aspecto más juvenil, fresco y saludable.
"Cada rostro es diferente, y el tratamiento debe adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente"
A pesar de los beneficios evidentes de este tratamiento, el Dr. Jota enfatiza la importancia de realizar una evaluación personalizada antes de iniciar cualquier procedimiento. “Cada rostro es diferente, y el tratamiento debe adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente. No se trata solo de aplicar un volumen de ácido hialurónico, sino de garantizar que el resultado final sea armonioso y equilibrado con las otras estructuras faciales”, explica el Dr. Jota.
El proceso incluye una revisión detallada del estado de la piel y de las zonas que requieren reposición de volumen, asegurando que la cantidad de ácido hialurónico y las técnicas aplicadas sean las adecuadas para lograr un resultado estéticamente agradable y natural. Este enfoque personalizado es esencial para evitar resultados artificiales o desproporcionados.
El uso de ácido hialurónico para el tratamiento del surco nasogeniano no solo ofrece resultados inmediatos, sino que también es un tratamiento que se mantiene a lo largo del tiempo. Con el paso de los meses, el ácido hialurónico estimula la regeneración celular y la producción de colágeno, lo que ayuda a mantener la firmeza y la elasticidad de la piel. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos no son permanentes, por lo que es recomendable realizar un mantenimiento periódico para conservar los resultados deseados.