Los biotipos faciales se pueden clasificar en tres tipos fundamentales, y un cuarto, el biotipo mesofacial, pueden presentar una gran variedad de rasgos faciales. Por lo que identificar este tipo de biotipos puede ser esencial para comprender la evolución facial en el tiempo. De igual manera, reconocer que el sistema óseo facial, junto con la musculatura, conforma una unidad integral. Esta calidad de la musculatura está estrechamente asociada a la estructura ósea.
Hay algunos factores como el sistema circulatorio, linfático y la distribución de grasa subcutánea también presentan variaciones que influyen significativamente en el proceso de envejecimiento de cada biotipo.
Es por eso, que Yvette Pons ha implantado un método de diagnóstico basado en la clasificación de los biotipos para ofrecer un tratamiento lo más personalizado posible. Es así, como Pons ha desarrollado cuatro estrategias para palear los efectos del envejecimiento en cada biotipo, combinado con las necesidades particulares de cada rostro.
Apenas existen biotipos puros, normalmente se encuentran entremezclados. Es por ello que, las divisiones a la hora de clasificar los biotipos se origina en las diferencias del arco mandibular: Meso facial activo o pasivo.
MESOFACIAL
Ambos biotipos se caracterizan por ser voluminosos, uno mostrando más acumulación adiposa y retención de agua, y el otro por tener unas estructuras y tejidos más ricos.
Los dos tienen una dirección de crecimiento de la mandíbula hacia abajo y adelante, sus diámetros son verticales y horizontales en proporción de la cara. Resultando en un perfil suave y armónico con una tonicidad media o baja, dependiendo si es de tipo activo o pasivo.
MESOFACIAL ACTIVO
Tiende a caracterizarse por facciones con pómulos bonitos y voluminosos, así como un grosor notable en su piel y grasa subcutánea. Su activa nutrición de todos sus tejidos, los cuales tienen un peso más elevado, les distingue del resto de biotipos. Son rostros ovalados o hexagonales.
Cada rostro es único, y es por eso que no podemos encontrar dos iguales
En el proceso de envejecimiento se caracteriza por flacidez muscular y del SMAS. Y es que, aunque su grasa se desplaza con facilidad mantiene su calidad y grosor, de forma que se retrasa la formación de líneas de expresión hasta una edad avanzada.
Pueden darse casos de edema a en los párpados y bolsas de grasa, y la infiltración de líquido o acumulación de grasa en la zona submentoniana y submandibular del cuello. Los casos más avanzados pierden definición en la zona de la mandíbula debido al descolgamiento facial y del cuello.
MESOFACIAL PASIVO
Tiene varias características en común con el mesofacial activo, pero se distingue por tener un tono muscular y de tejidos significativamente bajo y un rostro redondo. Pueden experimentar un funcionamiento fisiológico circulatorio y linfático más lento, con una nutrición limitada y el drenaje de sus tejidos muy lento. Así, resulta en la acumulación de grasa con una falta de tono muy marcada y un aumento de volumen en la forma de su rostro que enfatiza su redondez.
Cuando estos biotipos envejecen se suele observar una flacidez pronunciada en todas sus estructuras, desde la frente hasta la base del cuello.
BRAQUIFACIAL
Este primer biotipo se caracteriza por estar presente en los rostros cuadrados, rectangulares y angulosos. Tienden a darse un dominio del ancho sobre el largo, con un crecimiento mandibular predominantemente horizontal o posteroanterior.
El mentón es prominente y es surco mentolabial está muy marcado. Mientras que el resto de su estructura ósea es muy angulosa, sobretodo en pómulos y mandíbula. Entre otras de sus características podemos destacar un hueso frontal amplio, labios bien definidos y, a veces, una nariz marcada y con personalidad.
Su musculatura tiende a ser fuerte, aunque o las capas suprayacentes, como el SMAS y la piel, tienden a perder colágeno con facilidad. Lo que se traduce en una ausencia de soporte y desplazamiento acelerado de la grasa.
El descolgamiento de la grasa es uno de los principales problemas de este biotipo. Ante ello, se da la aparición de líneas dinámicas laterales en el rostro, así como en las zonas peribucal y frontal. Por otro lado, en el cuello, se dan cordones platismales debido a la tensión de los músculos subyacentes en el collar pericervical.
DÓLICO
Aquí, se reconoce al biotipo dólico por su proporción de largo sobre ancho en el rostro, con un tercio interior más anchos, y en algunos casos un perfil convexo. Aquellas personas con este tipo de biotipo suelen presentar una musculatura más débil, que normalmente está asociada a trastornos funcionales o de transmisión hereditaria. Puede reconocerse por su forma estrecha, alargada o triangular.
El crecimiento mandibular tiende a inclinarse hacia abajo y hacia atrás. Tiene poco volumen de grasa subcutánea y con el tipo, el tejido tiende a volverse más fino y descolgarse debido a la ausencia de soporte. Es por eso, que se suelen desarrollar líneas en el surco nasogeniano y los laterales del mentón.
Los párpados también son una zona que puede descolgarse fácil, creando pliegues mímicos alrededor de los ojos. De igual manera, en el cuello se da una flacidez en los tejidos blandos, sobretodo en la zona submentoniana, con la aparición de finas arrugas verticales sobre la tráquea.