En verano, tendemos a dejar de lado nuestras rutinas de cuidado facial. A medida que los días transcurren, perdemos la constancia de aplicar crema solar, dejamos de extender el factor solar adecuado o lo olvidamos porque ya estamos bronceados y pensamos que no nos vamos a quemar. Esto es un error muy extendido que se ha estado potenciando con el término “callo solar” en las redes sociales.
El daño solar es uno de los factores principales por los que aparecen manchas en la piel, una condición conocida como melasma. La doctora Flavia Bonina explica por qué, al final del verano, observamos que nuestra piel está más pigmentada y cuáles son los tratamientos que podemos implementar para tratar estos parches.
MANCHAS POR EL SOL
En palabras de la dermatóloga: “Hay que tener en cuenta que la melanina es el pigmento encargado de dar color a piel, cabello y ojos. Cuando nos exponemos al sol, absorbemos la radiación y la piel aumenta la producción de melanina como escudo de protección. Si no tenemos cuidado y no controlamos las exposiciones ni aplicamos protección solar, aparecen las manchas y, si ya las tenemos, pueden extenderse y ser mucho más notables”.
Los lentigos solares son pequeñas hiperpigmentaciones marrones que se pueden confundir con lunares
La experta explica que las manchas que aparecen a causa del sol son lentigos solares, “pequeñas hiperpigmentaciones marrones que varían en cuanto a tono y tamaño. También son simétricas y uniformes y muchas veces se pueden confundir con lunares”. Tienden a tener su aparición en cualquier zona expuesta al sol, aunque lo más común es que se produzca en la cara, manos y en las cabezas de personas con calvicie, pero también se pueden observar en cuello, brazos y piernas.
En esa línea, la experta advierte que no solo se tratan con cremas: “Para poder tratar las manchas solares, tanto las nuevas como las que se han hecho más grandes, las cremas despigmentantes no suelen ser suficientes. Pueden ayudarnos, pero es necesario recurrir a tratamientos lumínicos”, añade Bonina.
TRATAMIENTOS LUMÍNICOS
Muchas veces, a medida que el verano se va alejando, observamos que el bronceado se desprende de la piel y hay algunas zonas que permanecen morenas. Son aquellas manchas que al principio no veíamos o que han aparecido por una mala aplicación de cremas protectoras con factores solares inadecuados. En ese sentido, Bonina recomienda que para tratar este tipo de parches, “lo ideal es estar un mes sin exponernos al sol. El tratamiento que realizamos está enfocado a eliminar el exceso de melanina que se queda sobre la piel, esa mancha solar, y para identificarlas y ponerles remedio tenemos que renunciar a tener contacto con el sol”. El otoño es la mejor época para tratar las machas que salen a causa del sol.
Por ello, surge Lumecca de InMode. Es uno de los tratamientos más efectivos, se trata de una pulsada intensa que logra difuminar las manchas solares que lleva generando la piel desde que tenemos 15 o 20 años y que empiezan a aparecer entre los 35 y los 50. La experta insiste en recordar que la piel tiene memoria.
La luz pulsada de alta intensidad es capaz de emitir hasta tres veces más de energía
En cuanto a su funcionamiento, Bonina detalla que es un tratamiento muy rápido. "En tan solo diez minutos se puede tratar la cara completa y también se puede realizar en manos y escote, dos zonas que se tienden a olvidar y que reflejan el daño solar y el paso del tiempo”. Concretamente, consiste en una luz pulsada de alta intensidad (IPL), capaz de emitir hasta tres veces más de energía en el rango entre 500 y 600nm. Su tecnología se basa en la fototermólisis selectiva, donde el pigmento melánico absorbe la luz, respetando el tejido perilesional y con un apropiado enfriamiento de la piel.
Puede ser similar a otros tratamientos de luz pulsada, pero la dermatóloga insiste en diferenciarlos: “Tiene una elevada afinidad por los pigmentos melánicos y esto permite una respuesta terapeútica efectiva y segura. Además, está indicado para todos los fototipos, aunque suele ser más efectiva en los fototipos del uno al cuatro”. Además, es un protocolo totalmente indoloro que, en todo caso, solo desprende una sensación leve de calor.
Los resultados, de acuerdo con la doctora, requieren entre tres o cuatro sesiones para eliminar los lentigos por completo. La piel queda suave y uniforme, solo necesita un poco de hidratación adicional y aplicar protección solar de amplio espectro. Son definitivos pero pueden reaparecer con el paso de los años, ante ello, conviene realizar sesiones de mantenimiento.