La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más comunes. Su cometido es corregir los tejidos duros como el hueso o los blandos, como el cartílago. La cirugía que lleva a cabo normalmente es aquella que corrige el hueso, se ocupa del dorso a menudo deformado por el conocido caballete, una giba que es corregible.
La nariz es objeto de numerosos complejos, además de tener una estructura compleja por sus cartílagos, huesos y músculos, cumple una función estética que es abordable a partir de los 18 años cuando se ha dado el desarrollo completo de la zona.
RINOPLASTIA CON ULTRASONIDOS
En Martín del Yerro se corrige la giba prominente con ultrasonidos: “mediante una herramienta de última generación que se caracteriza por su gran precisión y permite rebajar el hueso de forma milimétrica, progresiva y controlada hasta conseguir la nivelación necesaria”, añade la Dra. Susana Puga, de la Unidad de Cirugía Estética de Martín el Yerro.
Alternativa a la rinoplastia convencional, de cincel y martillo, que requiere mayor expertise en el trabajo tridimensional del hueso
La técnica consiste en un limado, que antes se realizaba con un martillo y cincel. Es necesario un abordaje abierto, con una pequeña incisión en la base de nariz que facilite el control sobre la estructura de la zona.
En la zona de la punta de la nariz, que suele ser bulbosa o globulosa, se requiere la corrección de cartílagos alares, que son aquellos responsables de la deformidad por su tamaño o posición. Ante este caso, todas las maniobras se realizan a través de los orificios nasales, sin abordaje visible.
PROCESO
Desde Martín del Yerro detallan cómo se desarrolla el proceso de cara a la intervención:
Para las cirugías de rinoplastia completa es necesario el ingreso hospitalario de 24 horas. Por otro lado, las cirugías de punta nasal no requieren ingreso. La intervención dura de media dos horas y se requiere anestesia general, salvo o intervención exclusiva de la punta, que se puede realizar con anestesia local y sedación.
Tras la operación, el paciente llevará una férula que debe llevar puesta durante una semana, salvo en el caso de la rinoplastia de punta, que no se requiere. En cuanto a los resultados, desde Martín del Yerro destacan que son mucho más precisos que los de una rinoplastia convencional.
POSTOPERATORIO
El postoperatorio es la etapa donde realmente nos curamos. Y es que, con esta intervención, prometen un postoperatorio nada doloroso. No obstante, puede conllevar congestión nasal y un leve dolor de cabeza que puede remitir con el consumo de analgésicos.
Susana recomienda llevar a cabo esta cirugía cuando dispongamos de entre 7 a 10 días libres, que es el tiempo estimado para retirar la ferulación visible y realizar un masaje linfático que reduzca la inflamación.
Aunque los hematomas no son frecuentes, pueden llegar a producirse, en caso de que aparezcan tardan de 12 a 15 días en desaparecer. Durante esos días, conviene que el paciente realice lavados nasales y se aplique una pomada, o un spray descongestionante.
A partir de las tres semanas ya se puede retomar, de forma progresiva, la práctica deportiva. Y el desarrollo por completo de cualquier disciplina de forma normalizada a partir de la sexta semana, evitando cualquier tipo de golpe.
En cuanto al sol, la especialista recuerda que es conveniente evitar el sol directo sobre la cara durante las primeras semanas, ya que aumenta la inflamación. Mientras que el uso de gafas es mejor evitarlo al principio hasta llegar a la tercera semana.