Rinoplastia, ¿en qué se basa su éxito?

La rinoplastia es una intervención que sorprende al paciente y que resulta apasionante para el cirujano por la diversidad y dificultad que entraña.

En el Institut Vila Rovira, conscientes de la repercusión que una rinoplastia tiene sobre el rostro, apuestan por cirugías conservadoras
En el Institut Vila Rovira, conscientes de la repercusión que una rinoplastia tiene sobre el rostro, apuestan por cirugías conservadoras
Estetic
2 mayo 2018 | 12:00 h

La rinoplastia es una intervención que sorprende al paciente y que resulta apasionante para el cirujano por la diversidad y dificultad que entraña. Y es que, en cada paciente se perseguirá un objetivo que puede ser desde lograr un resultado más armónico o simétrico respecto al rostro y cuerpo del paciente, hasta rejuvenecer las facciones. Por ello, en el Institut Vila-Rovira, conscientes de la repercusión que una rinoplastia tiene sobre el rostro, apuestan por cirugías conservadoras.

Así pues, gracias a los avances en la técnica y mejora del instrumental, se consigue mayor precisión durante la intervención, unos resultados más fiables y se producen escasas secuelas.

Asimismo, también se han apreciado cambios con respecto al paciente, que cada vez es más exigente pero también más razonable, y su deseo de cambio es moderado, con un resultado natural y funcional. Esto lleva a mejorar e innovar, por lo que es imprescindible dominar todas las técnicas de rinoplastia.

En este sentido, una cirugía conservadora tiene más probabilidad de éxito y puede ir de la mano de un resultado armonioso que con frecuencia pasa desapercibido en el entorno del paciente, mientras que, a la inversa, una modificación excesiva puede ocasionar una repercusión negativa tanto en el plano estético como en el respiratorio.

La rinoplastia es una intervención que sorprende al paciente y que resulta apasionante para el cirujano por la diversidad y dificultad que entraña

Por tanto, el resultado de una rinoplastia no depende únicamente de la habilidad del cirujano, aunque requiere de una gran experiencia, sino también de una buena evaluación y compresión de la anatomía, la dinámica y la interrelación de las estructuras que componen la pirámide nasal.

De este modo, operar la nariz implica llevar a cabo resecciones conservadoras con preservación y refuerzo de los apoyos de la punta, del tercio medio, de las aletas de la nariz y una utilización más frecuente de injertos cartilaginosos. Estos, independientemente de su ubicación, servirán para aumentar una zona, reforzar una estructura débil, modificar y mejorar la forma del caballete, la punta y las aletas de la nariz, y facilitar la resección conservadora mediante el principio del equilibrio.

En el caso de una nariz grande y muy proyectada con piel espesa, gracias al uso de injertos cartilaginosos en la raíz y el caballete, por un efecto de ilusión óptica, se logrará mayor equilibrio con una reducción moderada de la base de la nariz.

Este relleno de la raíz nasal mediante injerto, permite realizar una cirugía más conservadora de la giba nasal o de la proyección de la punta de la nariz.

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