El envejecimiento natural es un proceso inevitable en cualquiera de nosotras, pero afortunadamente desde la Medicina Estética existen tratamientos que nos permiten sobrellevar el paso de los años de la manera más saludable posible, que es lo que ya conocemos como well-aging. Prolongar nuestra juventud al máximo, ¡es posible!
La aparición de los signos de la edad trae consigo una disminución en la producción de las fibras de colágeno y elastina. Algunos de los tratamientos más eficaces para revertir esa condición y lograr una piel sana y radiante incluyen el uso de la radiofrecuencia y el fotorejuvenecimiento facial, pero ¿sabrías diferenciarlas?
RADIOFRECUENCIA VS. FOTOREJUVENECIMIENTO
Para aclarar todas las dudas, contamos con la palabra de la Dra. Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial. “El fotorejuvenecimiento persigue eliminar los signos deenvejecimiento producidos por la edad y la exposición solar, manchas y lesiones vasculares mediante sistemas de luz, eliminando lesiones cutáneas y restaurando la vitalidad de la piel", explica.
Esta técnica utiliza la Luz Pulsada Intensa (IPL) y el láser vascular y pigmentario, solos o en combinación, “para restaurar la salud de la piel facial”, dice la experta. Con el fotorejuvenecimiento, lograremos igualar el tono de la piel e iluminarla, todo ello sin pasar por un periodo de recuperación. Este tratamiento no requiere ninguna preparación, simplemente limpieza de la piel y no estar bronceado. Y tras la sesión, que duran menos de 10 minutos, se puede utilizar el maquillaje sin problemas.
"Ambos ofrecen unos resultados muy buenos, gracias a que son dos tratamientos no invasivos con una recuperación muy rápida"
Por otro lado, la radiofrecuencia facial “se ha ido convirtiendo en un tratamiento cada vez más eficaz y puntero para el tratamiento de la flacidez del rostro”. Se realiza mediante la aplicación de ondas electromagnéticas sobre la piel para provocar un calentamiento que estimule su regeneración, mejore la microcirculación, el drenaje linfático y favorezca la producción de fibras de colágeno.
Este tratamiento se puede hacer con agujas mediante radiofrecuencia bipolar, en la que la energía se entrega en la profundidad de la piel mediante microagujas para producir un calentamiento que remodele y tense la piel facial. Estas agujas aplican la energía sólo en la punta, que llega hasta las capas más profundas de la piel. Esto hace que la epidermis no se altere y que los tiempos de recuperación sean muy cortos.
La radiofrecuencia se utiliza para tratar la flacidez, las cicatrices de acné y el control de la grasa bajo la piel. Normalmente se necesitan unas 3 o 4 sesiones para lograr unos resultados, que serán visibles en 3 meses. No obstante, la doctora señala que la síntesis de colágeno se produce entre el mes y mes y medio posterior a su aplicación. Los tiempos de recuperación de la radiofrecuencia facial con agujas también con cortos y se puede combinar con otros tratamientos.
DIFERENCIAS CLAVE
La pregunta definitiva es, ¿cuál es más efectiva? Pues bien, la experta indica que ambos tratamientos “ofrecen unos resultados muy buenos, gracias a que son dos tratamientos no invasivos con una recuperación muy rápida”. Por lo tanto, la principal diferencia reside en la técnica que se emplea para realizarlas: el fotorejuvenecimiento facial utiliza impulsos de luz a modo bisturí, mientras que la radiofrecuencia emplea ondas electromagnéticas sobre la piel para provocar un calentamiento que estimule su regeneración.
Asimismo, deberá aplicarse una técnica u otra en función del problema a solucionar: la radiofrecuencia se emplea más en los casos en que existe una flacidez notable y las arrugas por exceso de tejido, mientras que el fotorejuvenecimiento facial se emplea más para resolver problemas cutáneos como el tono irregular, manchas marrones y rojas, arrugas finas, deshidratación o falta de luminosidad”.