El origen de la lipofuscina, las manchas de la piel que surgen y se acumulan con el paso del tiempo

Las manchas de color pardo que aparecen en la piel están asociadas al estrés oxidativo y al envejecimiento. Un experto explica la razón de su aparición.

Piel madura con manchas solares (Foto. Freepik)
Piel madura con manchas solares (Foto. Freepik)
Laura Ortega
29 mayo 2024 | 15:00 h

Con el paso del tiempo es normal que surjan manchas en nuestra piel. Su origen es multifactorial y puede estar propiciado por el daño de los radicales libres y su acumulación en el tiempo.

Héctor Núñez (@cosmetocritico), farmacéutico especializado en Industria Cosmética ha publicado una serie sobre la Lipofuscina a través de su perfil de Instagram. Bajo el título “Las culpables de las asociadas a la edad”, el experto ha explicado la acumulación de este pigmento sobre el aspecto físico.

¿QUÉ ES LA LIPOFUSCINA?

La lipofuscina es un pigmento de un tono pardo y amarillento que se presenta en el cuerpo con el paso del tiempo. El experto explica que son unos desperdicios que tienden a degradarse por nuestras propias células, o bien, que pueden acumularse.

Su composición está principalmente formada por proteínas dañadas que han perdido su función. Y la acumulación de estas células da lugar a estas manchas tan características de la edad.

Los radicales libres propician la aparición de manchas con la edad

No obstante, el origen no está del todo claro. Héctor comenta que muchas personas culpan a la actuación de los radicales libres, y no a la exposición solar. Aparecen cuando se acumulan residuos celulares, como son las proteínas o lípidos, que no han sido digeridos

Los radicales libres producen la proliferación de proteínas y lípidos que no pueden ser degradados y no son funcionales,  esto es la lipofuscina. Además, los radicales producen la inactivación de una parte del proteasoma que es necesaria para la degradación de esos desperdicios. Es decir, a pesar de que seas una persona joven, su aumento se da porque el cuerpo no es capaz de eliminar por completo esos depósitos que se van formando.

Aunque, con la edad el proteasoma o la cadena de reciclaje, encuentra más dificultades a la hora de eliminar las proteínas dañadas por los radicales. En adición, la lipofuscina interfiere con el proteasoma y debilita su actividad. O como Héctor aclara: Cuando vamos envejeciendo “la maquinaria falla, tus células se vuelven vagas y prefieren llamar a las células limpiafondo vertedero para que lo acumulen, en vez de degradarlo ellas mismas”.

MANCHAS DE LA EDAD

Todo este proceso da lugar a las tan temidas manchas de edad. Núñez añade que: “No deja de ser una acumulación de esos desperdicios que no ha podido ser degradados  en el interior de tus células y que se acumularán de forma progresiva”.

El proceso de identificarlas con vistas a tratarlas puede ser desesperante. Y en ocasiones, se pueden confundir con las manchas producidas por la sobreexposición solar. Ante ello, el farmacéutico explica como las podemos diferenciar de la melanina:

Habitualmente suele aparecer en el dorso de las manos, brazos, escote y cuello. Por otro lado, el estilo de vida influye en gran medida. Ante una exposición del sol desde siempre podemos observar que las manchas han ido surgiendo poco a poco. Mientras que la lipofuscina puede surgir a partir de los 50 años. Y si tu exposición al sol ha sido escasa y aun así las presentas, estamos ante un caso de lipofuscina.

INGREDIENTES PARA EL TRATAMIENTO Y LA PREVENCIÓN

“Apañarselas con cosmética”, es el tratamiento que Héctor propone. Algunos de los ingredientes son muy desconocidos, mientras que otros son muy populares de cara a tratar otras afecciones de la piel.

En el caso de las manchas solares, lo mejor es la prevención. El uso de protección solar y la exposición limitada son las dos mejores estrategias de cara evitarlas. Así, se minimiza la acción de los radicales  libres que la radiación UV emite.

Sin embargo, hay veces que es muy tarde para la prevención y buscamos tratamientos para eliminarlas. Es el caso de los despigmentantes y antioxidantes, que conviene introducir en nuestras rutinas de forma preventiva para evitar la aparición y atenuar las que ya han florecido en nuestra tez.

La niacinamida presenta evidencia científica que reduce los depósitos de lipofuscina y atenúa la expresión de los fenotipos de senescencia celular.

El extracto de Ginkgo Biloba tiene propiedades antioxidantes que disminuyen los depósitos. Procedente de la medicina tradicional china, ayuda a la circulación aliviando desde varices hasta la despigmentación.

De la misma manera, el Dimethyl MEA es otro activo con actividad antioxidante que reduce su formación. Este neurotransmisor tiene potentes beneficios antiedad, incrementa la capa dérmica para dar lugar a una piel más tonificada, libre de arrugas y manchas, además estimula la síntesis de colágeno y retiene el agua en la dermis.

 

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