La retención de líquidos es uno de los problemas más frecuentes entre las mujeres. Venimos de una estación en la que las altas temperaturas, los cambios hormonales o la alimentación descontrolada han provocado que nuestro cuerpo retenga más liquido del habitual y dejándonos una sensación de hinchazón que nos causa malestar.
Por eso, después del verano los tratamientos para combatir esta retención se han convertido en los más demandados. En este sentido surge el drenaje linfático, una técnica que se usa para eliminar la retención de líquidos de los tejidos.
El cuerpo tiene diferentes vías de drenaje de líquidos; una es el sistema linfático, y otra es el sistema venoso, aunque la mayor cantidad de reabsorción la realizan los capilares venosos y no los linfáticos.
Nuestra microcirculación, conductos venosos, arteriales, linfáticos y el líquido intersticial está estrechamente interconectado para realizar una serie de intercambios gaseosos, y de componentes entre los capilares y el espacio intersticial a través de la filtración y de la reabsorción.
La fórmula de equilibrio de Starling (fisiólogo británico), nos dice que del 100% del plasma que filtra el sistema arterial al espacio intersticial, el sistema venoso reabsorbe el 80%, y el otro 20% es reabsorbido por los capilares linfáticos. Es decir, que el principal sistema de reabsorción de líquidos desde los tejidos son los capilares venosos.
En el líquido intersticial se acumulan macromoléculas de grasa, toxinas, proteínas, detritos,
Esto sucede debido a las diferencias de presión que existen entre el espacio intersticial y el capilar venoso, llamada presión oncótica, que se encarga de equilibrar el líquido y las concentraciones de un lado a otro para que el medio este equilibrado.
En el líquido intersticial se acumulan macromoléculas de grasa, toxinas, proteínas, detritos, etc. entre otros elementos que han desechado las células al espacio intersticial después de su metabolización. Estas macromoléculas y sustancias están flotando en el líquido y cuanta mayor concentración tengan, más retención de agua tendrán.
Para equilibrar el medio intersticial, los capilares linfáticos de manera autónoma y con la ayuda de los drenajes linfáticos reabsorben todas estas macromoléculas de grasa, desechos, toxinas. Automáticamente, a través de la compensación de presiones, los capilares venosos reabsorben el líquido del medio intersticial.
Por eso, cuantas más toxinas y más carga pre linfática exista en los tejidos, más líquido habrá, pero la única forma de que este se dirija hacia su principal vía de eliminación (que son las venas), es drenando la carga del líquido.
En resumen, el drenaje manual no drena líquido, drena toxinas, grasas y otras sustancias de gran tamaño que solo los capilares linfáticos pueden reabsorber y gracias a esto la vena reabsorbe el líquido para equilibrar el medio intersticial.