La psoriasis es una condición que se produce cuando el sistema inmunológico de una persona activa las células de la piel para crecer más rápido de lo que deberían normalmente. Y es que, en lugar de eliminar las células muertas de la piel, las acumula.
En cambio, el eccema, también conocido como dermatitis atópica, puede desarrollarse por factores ambientales, alérgenos, exposición a determinadas bacterias y antecedentes familiares.
"Mientras que la psoriasis tiende a causar parches espesos rojos y escamosos, los del eccema son de un color más amarronado, como pequeñas protuberancias que pueden tener costra y desprender líquido"
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS
Tanto el eccema como la psoriasis son afecciones que impiden que la piel se muestre suave y saludable. Ambas causan enrojecimiento, irritación y quemazón. Sin embargo, hay varias diferencias entre ambas. Mientras la psoriasis tiende a causar parches espesos rojos y escamosos, los del eccema son de un color más amarronado, como pequeñas protuberancias que también pueden tener costra y desprender líquido.
Por otra parte, las dos condiciones tienden a aparecer en las articulaciones, aunque también se pueden desarrollar en la cara, las nalgas o el cuero cabelludo.
El picor puede ser una de las diferencias significativas, ya que la psoriasis tienda a causar picazón leve, mientras que el eccema causa picazón intensa. Por otra parte, la psoriasis también puede causar rigidez articular, así como hinchazón.
TRATAMIENTO
Mantener la piel limpia e hidratada, evitar jabones fuertes y el agua muy caliente puede aliviar la molestia de la psoriasis y reducir cualquier tipo de picazón. Para la psoriasis leve a moderada pueden ayudar los tratamientos tópicos a base de corticosteroides, así como la aplicación de cremas hidratantes. Eso sí, en el caso de una psoriasis moderada a severa, ésta debería ser tratada con medicamentos a base de antralina, ácido salicílico, vitamina D, retinoides tópicos, o por terapia de luz.
De cara a tratar el eccema, habría que abstenerse de tomar duchas muy largas y calientes, evitar el humo del tabaco, aplicar cremas tópicas a base de corticosteroides, tomar algún antihistamínico, evitar las temperaturas extremas y las situaciones de estrés; y mantener siempre la piel limpia, seca e hidratada para ayudar a reducir sus síntomas.
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