María Pérez de Villaamil, directora del Centro Mem, en su incansable búsqueda de tratamientos efectivos, sanadores y accesibles para poder salvar nuestra piel de la saturación que se produce por el uso necesario de las mascarillas, ha creado un nuevo protocolo para dotar a la piel de alimento, nutrición y oxigenación.
Todo esto es lo que se consigue con un tratamiento de 35 minutos que, no por sencillo deja de ser altamente beneficioso para limpiar, reafirmar y fortalecer la piel del rostro. Un protocolo exprés y asequible con la máxima calidad.
Si se dispone de más tiempo y ganas de mimarse, a este protocolo se pueden unir los beneficios del uso de las cañas de bambú para un masaje corporal relajante y descontracturante, que puede ser el regalo ideal para esta Navidad.
En estos protocolos se hacen uso de la riqueza de las savias de bambú, planta de múltiples aplicaciones que es también un genuino nutri-cosmético, fuente de nutrientes orgánicos en estado biodisponible, tales como aminoácidos, vitaminas A, C, E, K y B6 y oligoelementos (magnesio, silicio, etc.). En concreto, el silicio interviene en la síntesis del colágeno (tejido conjuntivo), contribuyendo a la arquitectura y elasticidad de la piel. Entre otras acciones saludables, aporta resistencia a los capilares frágiles, ayuda a restaurar la piel flácida, con arrugas.
TRATAMIENTO FACIAL
¿El procedimiento? El tratamiento consiste en primer lugar en un ritual de limpieza exclusivo e innovador a base de savias de bambú aplicadas en discos de algodón orgánico. Un paso con el que se consigue liberar la piel de impurezas, toxinas y maquillaje, logrando una limpieza excepcional. Los activos del bambú consiguen fundirse en la piel de forma que imperceptiblemente a nuestra vista, la deja perfectamente higienizada y libre de residuos. También proporciona un efecto tensor extraordinario.
A este protocolo se pueden unir los beneficios del uso de las cañas de bambú para un masaje corporal relajante y descontracturante
Después se pasa a una exfoliación vegetal consistente en un peeling de bambú a base de agua floral y aceite revitalizante, aplicados mediante un suave masaje.
Después de retirar el peeling, se finaliza con un masaje lifting (o de remonte) en el que se trabajan todos y cada uno de los músculos faciales provocando una activación del colágeno y componentes de la matriz extracelular, que redensifica la piel, aumentando su tersura y firmeza.
¿El resultado? Una piel másl limpia, luminosa, hidratada y reafirmada. Consiguiendo corregir la flacidez, elevando el pómulo y, en general, readaptando la piel sobre las facciones del rostro.
Este protocolo dura poco más de media hora y se puede repetir en casa. En el centro proporcionan las indicaciones para poder hacerlo.
TRATAMIENTO FACIAL Y CORPORAL
Por otro lado, un tratamiento completo de cara y cuerpo con las cañas de bambú es la propuesta del Centro Mem para esta Navidad para regalar o autoregalarse.
Un tratamiento completo para relajar todo el cuerpo y la mente, muy necesario para bajar los niveles de estrés. En realidad, se trata de parte del tratamiento facial a base de savias de bambú (aneteriormente descrito) en combinación con un masaje corporal.
Un tratamiento completo para relajar todo el cuerpo y la mente, muy necesario para bajar los niveles de estrés
¿El procedimiento? En primer lugar, se realiza una exfoliación vegetal consistente en un peeling de bambú a base de agua floral y aceite revitalizante, aplicados mediante un masaje.
En segudo lugar, un masaje corporal con cañas de bambú relajante y circulatorio que ayuda desconctracturar los músculos. Se utilizan cañas de bambú de distintos grosores y longitudes que se van deslizando por todo el cuerpo mediante movimientos de fricción, presión y percusión. Su gran ventaja es la eliminación de la grasa corporal, a menudo más eficaz que el drenaje linfático.
Y, por último, el lifting facial a base de savias de bambú cuyos activos consiguen fundirse en la piel de forma que imperceptiblemente a nuestra vista, la deja perfectamente higienizada y libre de residuos. También proporciona un efecto tensor extraordinario.
Se finaliza con un masaje lifting (o de remonte) en el que se trabajan todos y cada uno de los músculos faciales provocando una activación del colágeno y componentes de la matriz extracelular, que redensifica la piel, aumentando su tersura y firmeza.
¿El resultado? Una piel del rostro másl limpia, luminosa, hidratada y reafirmada. Consiguiendo corregir la flacidez, elevando el pómulo y, en general, readaptando la piel sobre lasfacciones del rostro. Y en el resto del cuerpo, gracias al masaje, además de tener un efecto relajante, reduce la tensión y el estrés, liberando más energía para el cuerpo, dejando la piel más flexible, ayudando así en la reducción de la grasa localizada, entre otros beneficios.