Aunque parezca mentira, nuestro cuerpo también tiene una especie de reloj biológico que se ajusta en función de cada estación del año. Es lo que conocemos como biorritmos, pues la naturaleza influye en nuestro estado anímico, mental, emocional, en el sistema inmunológico, en el funcionamiento orgánico y, cómo no, en la calidad de la piel.
Ahora que estamos en la primavera y que comenzamos a recibir más luz del sol, el biorritmo funciona como una etapa de transición y de crecimiento. Durante el invierno, el cuerpo pone sus energías en estado de ‘hibernación’ para protegerse del frío y ahorrar fuerzas por si tiene que luchar contra los microorganismos y la pérdida de nutrientes.
"En primavera la piel se reactiva para enfrentarse a las altas temperaturas del verano"
Pero cuando nos adentramos en períodos más calurosos, el sistema comienza a activarse para propiciar la renovación celular, su regeneración, limpieza y desintoxicación de la sangre y órganos. La facialista y terapeuta Yvette Pons explica que durante la primavera, al igual que los árboles florecen, “la piel se reactiva y prepara con toda su energía y máximo esplendor para enfrentarse a las altas temperaturas del verano, la apertura del fuego interno”.
CAMBIOS EN LA PIEL DURANTE LA PRIMAVERA
Con la depuración de la sangre y del hígado, la piel también expulsará toxinas. Consecuentemente, se eleva la cantidad de histamina en sangre, de tal manera que alerta a nuestro sistema inmune para luchar contra el cambio de estación y liberar determinados procesos fisiológicos en el organismo.
De esta manera, el cuerpo se mantiene en alerta de los posibles cambios o alteraciones que puedan sucederse. Recordemos que la piel funciona como una “barrera” con el exterior y, adicionalmente, el aumento de horas de luz característico de la primavera, acompañado del calor, hace que el cuerpo viva una reactivación celular para preparase de cara a las altas temperaturas.
Esta mayor cantidad de luz que recibimos durante la primavera afecta a nuestro estado anímico, que también entra en un proceso de transición. Durante esta situación se debilita la barrera de protección de la piel y sus funciones fisiológicas, lípidos, hidratación, oxigenación, desestabilización de las glándulas sebáceas.
Para cuidar el hígado es recomendable tomar vegetales de hojas verdes
Y es que los capilares sanguíneos del tejido cutáneo pasan de tener un efecto vasoconstrictivo (contracción) a la vasodilatación, volviéndose más frágil. En algunos casos el estrés aumenta durante esta estación y se eleva el cortisol en sangre afectando a la producción del colágeno. Y también a alteraciones en el sueño, ansiedad, estados emocionales variables, etc.
Ahora que conocemos cuáles son los efectos de la primavera en la piel, la experta nos deja algunos consejos para poder prepararnos y cuidarnos durante esta estación del año. Para cuidar el hígado, recomienda tomar alimentos de hojas verdes con sabores ácidos y no recargarlo con bebidas alcohólicas ni alimentos procesados.
Para hidratar el cuerpo, no hay que dejar de beber agua y en pequeños sorbos, así como depurar con alimentos ricos en fibra que contribuyan al tránsito intestinal. También puede ser muy positivo tomar infusiones y practicar ejercicio con moderación, aumentando poco a poco su intensidad. Por último, siempre podemos recurrir a productos cosméticos depurativos y nutritivos para sacarnos todo el partido.