Desde que en marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarará el Covid-19 como una pandemia, el uso de las mascarillas comenzó a ser obligatorio. Ahora, ya se empieza a ver la luz al final del túnel con el uso de las mascarillas.
El obligatorio uso de este accesorio, ha provocado que la mirada se haya convertido en la principal protagonista del rostro. Ya no se puede fijar en la sonrisa de una persona o en la forma de su nariz. Sin embargo, no todo es positivo. Su uso ha hecho que el contorno de los ojos sufra sequedad y lesiones a causa de la fricción y presión que ejercen las mascarillas.
El uso obligatorio de la mascarilla, ha provocado que la mirada se haya convertido en la principal protagonista del rostro.
Por este motivo, es importante cuidar y proteger esa zona de la cara. Carolina Restrepo, directora general de “En Privé”, explica que lo primero que se debe tener en cuenta son los factores genéticos, la pérdida de colágeno de forma natural, la exposición al sol, los hábitos de sueño, la alimentación o hidratación.
Un paso fundamental es usar desmaquillantes pensado especialmente para la zona de la mirada. También es muy importante proteger la piel de las agresiones solares y aplicar contorno de ojos a partir de los 25 años, ya que de esta manera se puede evitar la aparición de ojeras, bolsas y líneas de expresión.
¿CÓMO PROTEGER LA MIRADA?
El primer paso y más importante es tener una rutina diaria combinando productos hidratantes, antioxidantes y estimuladores del colágeno. Algunos de los tratamientos más recomendados son el uso de técnicas vanguardistas como la presoterapia ocular, la carboxierapia, el tratamiento con radiofrecuencia ónix, el ácido hialurónico y el láser vascular.
También es fundamental saber escoger la mascarilla adecuada. Carolina Restrepo recomienda “escoger mascarillas que no provoquen demasiada fricción en la parte inferior de los ojos y colocarla correctamente para evitar la fuga de aire y vaho”. Otras soluciones pueden ser la hidratación de los ojos, usar parches nocturnos para ayudar a refrescar, regenerar e iluminar la zona después de sufrir los daños.
La clave es mantener un estilo de vida saludable y seguir una rutina diaria de cuidados combinada con la aplicación de tratamientos específicos.