Los neuromoduladores han revolucionado el mundo de la estética, consolidándose como uno de los tratamientos más solicitados para prevenir y combatir los signos del envejecimiento. Reconocidos tanto por su efectividad como por su capacidad preventiva, estos procedimientos están rodeados de mitos y desinformación, lo que genera inquietud en muchas personas interesadas en mejorar su aspecto de manera segura.
“La magia de los neuromoduladores radica en su habilidad para actuar como un tratamiento preventivo y rejuvenecedor. Todos, hombres y mujeres, pueden beneficiarse de este elixir de la belleza en mayor o menor medida”, explica la Dra. Natividad Cano, conocida como @dranaticano_cirugiaderma en redes sociales. La especialista destaca que, además de sus beneficios visibles, estos tratamientos son clave para retrasar la aparición de arrugas al evitar que los músculos faciales se contraigan excesivamente.
"La magia de los neuromoduladores radica en su habilidad para actuar como un tratamiento preventivo y rejuvenecedor"
Sin embargo, Cano señala que el atractivo de los neuromoduladores a menudo se ve ensombrecido por lo que ella llama “leyendas urbanas, verdades a medias y mitos que distorsionan su verdadera esencia”. Es por ello que la experta desglosa tres aspectos esenciales que toda persona debe conocer antes de optar por este procedimiento:
Primero, el efecto no es inmediato. “Tarda unos cinco días en comenzar a ser visible, y alcanza su máximo resultado a las dos semanas. Posteriormente, a partir del mes y medio, los músculos empiezan a recuperar poco a poco el movimiento hasta que el efecto desaparece por completo entre los 4 y 6 meses”, aclara Cano. Además, menciona que el periodo de duración puede variar dependiendo de factores individuales y la frecuencia con la que se realicen los tratamientos.
Segundo, recalca su capacidad antiedad. “Este tratamiento previene la formación de arrugas porque paraliza temporalmente los músculos responsables de las líneas de expresión. Es un procedimiento que no solo mejora la apariencia de forma inmediata, sino que ayuda a evitar la formación de nuevas arrugas a largo plazo. Lo mejor es que nunca estarás peor que antes de aplicarlo”.
Tercero, reconoce que puede generar algo de dolor, aunque es mínimo. “La aguja utilizada atraviesa la piel para llegar al músculo, lo que provoca una ligera molestia, pero es algo tolerable y pasajero”.
“El tratamiento no deforma el rostro ni migra a otras zonas, y no es permanente, lo que proporciona tranquilidad a quienes deseen probarlo sin temor”
En cuanto a los mitos, la doctora desmiente con contundencia ciertas creencias. “El tratamiento no deforma el rostro ni migra a otras zonas, y no es permanente, lo que proporciona tranquilidad a quienes deseen probarlo sin temor”. Cano también añade con humor: “Eso sí, tiene un único efecto adictivo: siempre querrás verte tan bien como te ves con él”.
En definitiva, los neuromoduladores representan una herramienta efectiva, segura y científicamente respaldada en el ámbito de la estética. Siempre que sean aplicados por manos expertas, garantizan resultados naturales y ofrecen la posibilidad de prevenir, tratar y mantener un aspecto fresco y rejuvenecido.