El colágeno es la proteína estrella de la piel. Nuestro cuerpo la produce de manera natural no sólo para dar tersura, firmeza y elasticidad al tejido cutáneo, sino también para fortalecer huesos, músculos y articulaciones. Pero con el paso del tiempo, los niveles de colágeno van descendiendo, dando lugar a las primeras (y temidas) arrugas y líneas de expresión, entre otras cosas.
En las chicas, esa disminución de colágeno ocurre a partir de los 25 años, mientras que en los chicos tarda un poco más, sucede a partir de los 30. Y, para evitar su impacto sobre la piel, no sólo es posible recurrir a los cosméticos, pues, de hecho, los tratamientos profesionales son mucho más efectivos para devolver los depósitos de esta proteína a la piel.
Uno de los tratamientos más destacados para la inducción de colágeno natural es el ‘microneedling’, aplicado a través de “un dispositivo que realiza micropunciones en la piel para estimular la producción de colágeno natural”, explica en declaraciones para Estetic la Dra. Verónica López, médico estético, alergóloga y especialista en tratamientos inyectables faciales en la Clínica Dermatológica Internacional.
"En verano nos podemos aplicar un tratamiento suave sin problemas para obtener una piel luminosa"
“El microneedling no es más que una técnica avanzada de la mesoterapia”, indica la doctora, pues la mesoterapia es uno de los procedimientos fundamentales de la Medicina Estética que se basa en la micropunción de la piel. Es decir, se realizan unas pequeñas heridas controladas para inducir a los fibroblastos, las células responsables de crear colágeno, de renovar su producción y estimular la renovación celular.
Esta mesoterapia se puede hacer de forma manual, con una aguja muy pequeña, o con dispositivos como el que utiliza el microneedling. Pero, en general, “podemos utilizar estos tratamientos para multitud de patologías, ya sea simplemente para mejorar el aspecto de la piel o para tratar lesiones, como cicatrices, heridas o marcas gracias al trabajo de la renovación celular”, señala la experta. Eso sí, “no es tan potente como un láser”, pero lo positivo es que se puede utilizar como adyuvante a otros tratamientos.
Después de recibir las micropunciones, el impacto sobre la piel dependerá de la profundidad a la que se haya aplicado el microneedling: “Si vamos muy superficial, probablemente no nos deje marca y salgamos tal cual estamos o con la cara un poco roja. Pero si vamos a hacer un tratamiento un poco más fuerte, incluso podemos sangrar y salir algo más rojos, por lo que necesitaríamos un breve período de recuperación de entre 1 y 3 días”.
“Es una muy buena técnica individualizada a cada paciente para tratar justo lo que necesita”
Por estos motivos, habría que consultar con el especialista el momento del año en el que aplicarse el microneedling. "En verano nos podemos aplicar un tratamiento suave sin problemas para obtener una piel luminosa, pero si es más potente, aumenta el riesgo de sufrir hiperpigmentaciones sobre la piel”. No obstante, en cualquiera de los casos es imprescindible el uso diario de la protección solar.
Respecto a la frecuencia de tratamiento, todo depende también de la potencia que se utilice: “Lo podemos hacer cada 15 días si se trata de un tratamiento suave con el que buscamos la mejoría cutánea, pero si es algo más fuerte, entonces se suelen realizar unas tres sesiones al año seguidas, dejando un tiempo para descansar y, después, volviendo a aplicar otras tres sesiones seguidas. Es decir, al año pueden realizarse un total de 6 sesiones en tratamientos con más potencia”, añade la Dra. López.
"Los días que hagamos el tratamiento y en los que tengamos las microlesiones en la piel, lo ideal es no usar activos que sean irritantes"
Una vez recibido el microneedling, también habría que tener en cuenta algunas consideraciones en la rutina cosmética. “Los días que hagamos el tratamiento y en los que tengamos las microlesiones en la piel, lo ideal es no usar activos que sean irritantes, como el retinol o ácidos con acción de pelado”, indica la experta. Sin embargo, si la cicatrización ha sido buena y el tratamiento ha sido suave, “podemos seguir con nuestra rutina habitual”.
Por último, la doctora resume que “es una muy buena técnica individualizada a cada paciente para tratar justo lo que necesita”. Sin embargo, recuerda la importancia de acudir a centros certificados para poder obtener una valoración clínica adecuada y garantizar en todo caso la seguridad de la piel, con protocolos aplicados por profesionales cualificados.