El estrés del día a día puede tener consecuencias negativas para nuestro cuerpo y nuestra mente.
Para combatirlo, Slow Life House ha diseñado un tratamiento antiestrés que combina las propiedades calmantes y antiinflamatorias del aceite de cannabis con el árnica para conseguir un alivio profundo de la tensión, el cansancio, los dolores musculares y las malas posturas.
Se trata de un masaje en el que se trabaja la parte superior del cuerpo (desde zona sacro y glúteo superior hasta cabeza, pasando por espalda, brazos, cervicales y ojos) mediante maniobras largas y profundas con puntos de presión en zonas clave de carga.
Es un protocolo en el que el absoluto protagonista es el CBD Oil, un aceite de cáñamo con CBD (o cannabidiol), la molécula no psicoactiva del hemp, usado desde la antigüedad por sus extraordinarias propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Slow Life House ha diseñado un tratamiento antiestrés que combina las propiedades calmantes y antiinflamatorias del aceite de cannabis con el árnica
Utilizado en masaje, alivia el dolor muscular y de las articulaciones, la inflamación en ciertas zonas del cuerpo y hasta el dolor crónico... Pero sus efectos van mucho más allá y lo convierten en el perfecto protocolo afterwork.
Por un lado, actúa directamente sobre los receptores cannabinoides del sistema nervioso central, relajándolo y calmándolo, reduciendo así la ansiedad y mejorando el estado de ánimo.
Por otro lado, el cannabidiol es uno de los captadores de radicales libres más poderosos que existe. A eso se une que el aceite de semilla de cáñamo es muy rico en ácido fenólico y en vitamina E, lo que potencia su acción antioxidante.
De la misma manera, su aceite contiene casi un 85% de ácidos grasos esenciales, lo que lo convierte en un activo nutritivo excepcional que además regula la producción sebácea y ayuda a equilibrar la epidermis.
El protocolo es muy sencillo. En un ambiente de máxima relajación y con la luz tenue de las velas, el masaje comienza con el cliente tumbado boca abajo y ejerciendo presiones en la zona lumbar y los trapecios.
A continuación se realizan maniobras descontracturantes y relajantes. Y una vez se finaliza en la zona de la espalda, se colocan piedras calientes para potenciar el efecto relajante.
Después, y ya boca arriba, se realizan presiones en el plexo solar, subiendo hacia las cervicales y de ahí bajando mediante un masaje a los brazos, antebrazos y manos, trabajando a continuación el abdomen y finalizando en el plexo solar y realizando presiones occipitales.
Para finalizar, se vuelven a colocar piedras calientes en las zonas trabajadas.