La llegada del invierno implica a su vez los primeros efectos del frío en nuestro cuerpo. Por lo que, si tu también empieces a notar las manos ásperas y la uñas quebradizas, o desees prevenir estos daños, la experta en tratamientos de manicura y pedicura, María Monroe, ha diseñado un tratamiento específico para el cuidado de tus manos durante esta estación del año.
En este sentido, María Monroe, propone una manicura especial con un peeling y mascarilla nutritiva a base de productos hidratantes. Para ello, divide este ritual de belleza en cinco pasos o procesos para que todo el mundo pueda cuidar de sus manos en invierno.
1. INICIO: El proceso inicial se define por la limpieza de las manos. En principio, se comienza retirando los restos de esmalte y poniendo las manos en remojo con unas gotitas de aceite de oliva. También se retirarían las cutículas en esta etapa, si esto fuese necesario.
2. LIMAR: Dependiendo del tipo de uña, se realiza un limado en armonía con toda la mano. Para las manos pequeñas, se desaconseja una uñas demasiado largas y limadas, ni tampoco demasiado redondas ni cuadradas. En el caso de uñas anchas, lo mejor sería limarlas en forma de almendra.
3. EXFOLIAR E HIDRATRAR: En esta etapa, se impregnan las manos hasta la muñeca con una manteca de karité, aderezada con unas gotas de rosa mosqueta para evitar el envejecimiento de las manos. A continuación, se envuelven las manos en una toallita caliente durante varios minutos, masajeando hasta total penetración del producto.
4. ESMALTAR: En este proceso, lo ideal es usar una base tratante a las proteínas para preparar y fortalecer la uña, seguido de dos capas de esmalte y finalizando con una capa de Toap Coat que seque las uñas en dos minutos. En cuanto al esmalte, María Monroe ha escogido este invierno la marca OPI, que propone para los días de frío tonos topo, menta, lila o rosa palo. ¿Un consejo? Las uñas cortas o anchas no se debería nunca esmaltar hasta los bordes.
5. PASO FINAL: Antes de pasar a esta etapa final, se recomienda un buen secado de las uñas. A continuación, se sumergen lentamente las manos en parafina, de dos a tres veces, para crear finas capas, calientes y calmantes. Una acción que aumenta de manera considerable el efecto hidratante de la crema nutritiva que hemos aplicado previamente.
En casos terapéuticos, se recomienda sumergir las manos hasta 15 veces para aliviar el dolor. Para ello, se cubren las manos con una funda de plástico, luego se pone un guante de toalla para prolongar el calor. Transcurridos unos 15 minutos, se retira la parafina y se da un pequeño masaje a las manos.
Después de este tratamiento, verás como tu piel queda suave y sedosa. Este ritual es recomendable para pieles secas y expuestas a climas fríos. Además, a nivel terapéutico se recomienda a pacientes con artritis, artrosis y contracturas musculares.