A pesar de haber vivido un verano atípico, la vuelta a la rutina siempre implica enfrentarse a los estragos provocados por la sal, el cloro y especialmente la radiación ultravioleta sobre la piel. Las manchas faciales, como efectos colaterales de una exposición inadecuada al sol, y su eliminación son uno de los principales motivos de consulta en Clínicas Dorsia en estos meses de septiembre y octubre.
El médico dermatólogo Federico Feltes nos explica los tipos de manchas que existen y sus características para poder diferenciarlas y pautar los mejores protocolos de actuación que mejoren notablemente su aspecto.
Los tipos de manchas existentes y las causas que las provocan son múltiples, sin embargo, las más frecuentes y las que suelen generar un problema estético mayor para el paciente son dos, el melasma y los lentigos solares.
Los tipos de manchas existentes y las causas que las provocan son múltiples
Distinguir sus peculiaridades resulta crucial. Según el doctor Feltes, ''el melasma afecta en general a mujeres, sobre todo en la zona de la frente, periocular, pómulos y labio superior. El embarazo, los anticonceptivos y los tratamientos hormonales empeoran su apariencia. Y, por supuesto, el sol''.
A primera vista, se puede identificar por ser una mancha más extendida, a modo paño o máscara, que cubre una zona más o menos amplia. Por su parte, los lentigos solares se producen por el daño provocado por la luz ultravioleta. Para protegerse, la piel aumenta la producción de melanina de manera localizada en forma de manchas, que solemos asociar con el paso del tiempo porque suelen aparecer pasados los 30 años y no se desaparecen pasado el verano, sino que permanecen a modo de recordatorio del exceso de sol. Son muy frecuentes en las personas de piel clara y que se queman fácilmente, es decir, fototipos I y II.
Tanto si se padece de melasma como si se trata de lentigo solar, en Clínicas Dorsia pueden tratarse de forma exitosa. Tal y como afirma el doctor Federico Feltes, las manchas se desvanecen a través del tratamiento adecuado, aunque nunca damos un resultado por definitivo, ya que pueden reaparecer.
El tratamiento llevado a cabo se basa en tres fases fundamentales. Por un lado, la protección solar. Más allá de usar un filtro solar a diario, esto implica también evitar al máximo el sol directo y, por supuesto, el uso de cremas/maquillajes siempre con fotoprotector.
El melasma afecta en general a mujeres, sobre todo en la zona de la frente, periocular, pómulos y labio superior
Por otro lado, el uso de despigmentantes. Los más comunes son la hidroquinona y los ácidos kójico, azelaico y tranexámico, así como la vitamina C y los derivados de la vitamina A, conocidos como retinoides. El dermatólogo de Clínicas Dorsia explica que pueden aplicarse en concentraciones elevadas en procedimientos profesionales, como peelings, o en proporciones más bajas si son en cremas de uso domiciliario. Las combinaciones son múltiples. Aunque hay disponibles productos de gran calidad para iniciar el tratamiento en casa, se recomienda visitar al dermatólogo para obtener los resultados más consistentes.
Por último, en los casos más rebeldes o cuando se precise celeridad en los resultados, la combinación de despigmentantes y láser es el tratamiento más eficaz posible. El láser de picosegundos usado de manera cuidadosa y con energías contenidas puede llegar allí donde los despigmentantes por sí solos han fracasado, asegura Feltes. Como beneficio adicional del tratamiento láser tendremos una bioestimulación de la piel, que mejora su salud y con ello su aspecto, dándole luminosidad y unificando el tono, concluye.
Dada la experiencia de Clínicas Dorsia, ya se trate de fotoenvejecimiento difuso, lentigos simples, manchas de nacimiento o cierto tipo de lunares, el láser suele ser el tratamiento que logra eliminarlas o aclararlas sustancialmente. En cualquier caso, su equipo de expertos valoran a cada paciente de forma individual para elegir el tipo más adecuado y aseguran que una gran mayoría de casos son candidatos a un buen resultado.