Perder de 50 a 100 cabellos al día entra en el rango de lo normal, sin embargo, hay épocas del año en las que el pelo está especialmente frágil y se percibe un aumento de la caída. Es el caso del verano, al estar más expuestos a los rayos solares, a los productos químicos de las piscinas y a un uso más frecuente de champús.
Además, también está el paso del tiempo, que puede conducir a la calvicie tanto en hombres como en mujeres. España, por ejemplo, es el segundo país mundial con mayor incidencia de alopecia masculina, con el 42,60% de hombres afectados. Mientras que en el otro sexo hay menos estadísticas y datos disponibles, se calcula que al menos el 50% de las mujeres padecen alopecia en algún momento de su vida y que se presenta de modo grave a entre el 5 y el 10% dela población mundial femenina.
En términos generales, la incidencia varía de unas razas a otras, siendo la caucásica la más proclive. Además, hay causas genéticas y otros factores, como el estrés, la salud general o los hábitos alimenticios, que influyen en la cantidad, grosor y fuerza del pelo.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el origen del cabello está en los folículos pilo-sebáceos, por lo que de su buen estado y funcionamiento depende su vitalidad. Su ciclo de vida arranca con la fase anágena, que puede durar de 2 a 6 años y es cuando crece activamente. Después viene la catágena, que dura unas 2 o 3 semanas, en la que las partes más profundas del folículo empiezan a derrumbarse. Por último llega la fase telógena, de unos tres meses de duración, que culmina cuando el pelo cae. Y, si lo hace al ser empujado por otro cabello que venga a sustituirlo, arranca nuevamente el ciclo.
Perder de 50 a 100 cabellos al día entra en el rango de lo normal, sin embargo, hay épocas del año en las que el pelo está especialmente frágil y se percibe un aumento de la caída
Cuando se produce una pérdida anormal, la primera fase se va haciendo más breve y el grosor del cabello es cada vez menor, de manera que no resiste el desgaste diario y cae con mayor facilidad. No obstante, hay maneras de combatir ese retroceso en la densidad y regeneración de la cabellera gracias a uno de los componentes de la manzana, la Procianidina B2, que ha demostrado ser un gran aliado en la lucha contra la alopecia, según la Asociación de Productores Hortofrutícolas del Valle Venosta (VI.P-Val Venosta). Y es que, este flavonoide fortalece el folículo piloso cuando este se contrae para mantener el cabello ya crecido; así, ayuda a que el pelo resista más tiempo sujeto.
Pero no solo eso, esta fruta estimula el crecimiento de pelo más sano, tanto por la acción de este componente fitoquímico sobre el folículo como por los efectos de esta fruta sobre sobre el riego sanguíneo en general, ya que mejora los niveles de lipoproteínas de alta densidad (o colesterol bueno) en sangre, favoreciendo la circulación. Esto confiere protección al revestimiento endotelial en los vasos sanguíneos y promueve la salud del cuero cabelludo.
De igual forma, además de estimular positivamente los folículos pilosos, la manzana incide en dos de los factores que más provocan una caída anormal del cabello: la alimentación y el estrés. Una gran cantidad de estudios médicos y científicos han comprobado que esto es debido, principalmente, gracias al papel protector y antioxidante de muchos de sus nutrientes.
De bajo aporte calórico y gran poder hidratante, la manzana tienen muchos componentes fitoquímicos, que son los que las plantas desarrollan para protegerse a sí mismas, pero que también tienen un efecto saludable sobre el cuerpo humano cuando se consume. Uno de ellos es la quercitina, que ayuda a regular el azúcar en sangre. Esto hace que la manzana sea de las pocas frutas recomendadas para los diabéticos y para evitar los picos de energía, con sus correspondientes efectos psicológicos. Esta sustancia también tiene un efecto neuroprotector, por lo que la manzana está muy recomendada en la prevención y tratamiento de dolencias neurodegenerativas como el alzheimer o el parkinson.
Por otro lado, otro de sus componentes fitoquímicos son las antocianinas, que protegen frente al cáncer y enfermedades inmunológicas, para las que también es significativo su aporte en vitamina, A, E y C; y el alto nivel de pectina, una fibra no soluble presente en la piel y pulpa de la manzana, ayuda tanto a regular el tránsito intestinal como a la eliminación de toxinas en el proceso digestivo y de grasas en las paredes del aparato circulatorio.
En definitiva, podría decirse que un consumo regular de esta fruta provoca numerosos efectos positivos sobre la salud en general, y no solo sobre el cabello.