Cada año, cerca de cinco millones de personas reciben tratamiento para al cáncer de piel en EE.UU y uno de cada cinco estadounidenses desarrollará cáncer de piel a lo largo de su vida. Esto es debido a distintos factores de riesgo, pero las quemaduras solares son las protagonistas en la mayoría de los casos.
La traducción es una mala actitud ante la exposición solar, que no solo afecta en el periodo vacacional por pasar largos ratos en la playa o en la piscina... Y es que, con la llegada del buen tiempo y el incremento de las horas de sol, realizar ejercicio al aire libre puede ser perjudicial para la piel de los deportistas.
Según la doctora Daniela Kroshinsky, directora del Servicio de Dermatología del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), las quemaduras también pueden producir deshidratación, lo que provoca que los vasos sanguíneos se dilaten dañando la piel.
“Ante los rayos UV, el cuerpo produce más color para proteger la epidermis de la absorción de luz ultravioleta nociva”, concreta la doctora Kroshinsky. En este sentido, las personas de piel y ojos claros son más susceptibles a la exposición.
¿CÓMO DEBE PROTEGERSE DEL SOL UN DEPORTISTA?
Para evitar este tipo de afecciones cutáneas mientras practicamos running, ciclismo o algún otro deporte de equipo al aire libre, lo ideal es no olvidarse de utilizar un protector solar libre de parabenos con al menos un SPF 30 en la cara, los brazos, las piernas, el cuello y las orejas. Eso sí, como incide esta especialista, el efecto del producto tendrá una durabilidad de dos horas de entrenamiento, por lo que será necesario repetir las aplicaciones dependiendo del tiempo que dure la sesión deportiva.
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En cuanto al momento idóneo de aplicación, la mejor opción será al menos 15 minutos antes de que comience la sesión de entrenamiento al aire libre. Además, la ropa deportiva también puede a la protección cutánea si se eligen materiales más duros, como el nylon o el poliéster.
Finalmente, no debemos olvidar la gorra o la visera para proteger nuestra cabeza, así como las gafas de sol con un filtro de protección UV para no descuidar los ojos y prevenir tanto las cataratas como el melanoma ocular.
En definitiva, la dermatóloga incide en que una cosa debe de quedar clara, y es que “la protección de la piel no interfiere para nada en el rendimiento deportivo y todo lo que sea prevenir es poco…”
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
"La protección de la piel no interfiere para nada en el rendimiento deportivo y todo lo que sea prevenir es poco"
La traducción es una mala actitud ante la exposición solar, que no solo afecta en el periodo vacacional por pasar largos ratos en la playa o en la piscina... Y es que, con la llegada del buen tiempo y el incremento de las horas de sol, realizar ejercicio al aire libre puede ser perjudicial para la piel de los deportistas.
Según la doctora Daniela Kroshinsky, directora del Servicio de Dermatología del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), las quemaduras también pueden producir deshidratación, lo que provoca que los vasos sanguíneos se dilaten dañando la piel.
“Ante los rayos UV, el cuerpo produce más color para proteger la epidermis de la absorción de luz ultravioleta nociva”, concreta la doctora Kroshinsky. En este sentido, las personas de piel y ojos claros son más susceptibles a la exposición.
¿CÓMO DEBE PROTEGERSE DEL SOL UN DEPORTISTA?
Para evitar este tipo de afecciones cutáneas mientras practicamos running, ciclismo o algún otro deporte de equipo al aire libre, lo ideal es no olvidarse de utilizar un protector solar libre de parabenos con al menos un SPF 30 en la cara, los brazos, las piernas, el cuello y las orejas. Eso sí, como incide esta especialista, el efecto del producto tendrá una durabilidad de dos horas de entrenamiento, por lo que será necesario repetir las aplicaciones dependiendo del tiempo que dure la sesión deportiva.
En cuanto al momento idóneo de aplicación, la mejor opción será al menos 15 minutos antes de que comience la sesión de entrenamiento al aire libre. Además, la ropa deportiva también puede a la protección cutánea si se eligen materiales más duros, como el nylon o el poliéster.
Finalmente, no debemos olvidar la gorra o la visera para proteger nuestra cabeza, así como las gafas de sol con un filtro de protección UV para no descuidar los ojos y prevenir tanto las cataratas como el melanoma ocular.
En definitiva, la dermatóloga incide en que una cosa debe de quedar clara, y es que “la protección de la piel no interfiere para nada en el rendimiento deportivo y todo lo que sea prevenir es poco…”
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