Una vez más, las redes sociales se han convertido en creadoras de modas que pueden no ser del todo beneficiosas. ¿La última? Ponerse pepino congelado en el rostro.
Para Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, este tipo de prácticas, aunque parezcan inofensivas, podrían resultar perjudiciales para las pieles más sensibles, reactivas o con problemas dermatológicos como el acné o la rosácea.
''Usar unas rodajas de pepino sobre los ojos, mientras nos ponemos una mascarilla es una cosa (siempre que no tengamos alergia a este alimento, no tiene por qué tener consecuencias negativas), pero frotar el rostro con un pepino congelado no es recomendable. En general, no aconsejamos utilizar ningún tipo de alimento sobre la piel, y mucho menos frotar, un gesto que se debe evitar en cualquier piel, ya que es muy agresivo y podemos causar irritaciones. Tampoco es recomendable usar hielo ni nada congelado, porque podríamos provocar una quemadura en pieles sensibles'', señala la experta.
Por ello, la especialista destaca que para tener una piel perfecta, hay que llevar un estilo de vida saludable (dieta variada, deporte, beber agua, descansar unas 8 horas diarias, evitar el estrés, evitar fumar) y seguir una rutina adecuada a nuestro tipo de piel.
Es importante conocer el tipo de piel y las necesidades que tiene, para así establecer una buena rutina de cuidados
En este sentido, es importante conocer el tipo de piel y las necesidades que tiene, para así establecer una buena rutina de cuidados: limpiar el rostro mañana y noche con productos adecuados; utilizar antioxidantes por la mañana para prevenir la oxidación; aplicar a diario una crema solar; hidratar la piel; y por la noche utilizar activos transformadores (retinol, AHA, despigmentantes…), según necesidades. ''Una vez a la semana aconsejamos realizar una limpieza más profunda, con un peeling y mascarilla que ayude a eliminar las células muertas y potenciar la renovación celular'', apostilla Rocío Escalante.
LO QUE NO DEBEMOS HACER
-Usar remedios caseros, ya que tenemos productos adecuados a todo tipo de piel y necesidad, formulados de forma específica para resolver los problemas (granos, irritaciones, manchas…).
-Tratar la piel de forma agresiva (hay que limpiar siempre de forma suave, y al aplicar cualquier producto, los movimientos tienen que ser siempre suaves, también cuando secamos el rostro…).
-Utilizar productos cosméticos que le van bien a nuestras amigas pero que no nos van bien a nosotras (antes de elegir un cosmético hay que valorar si sirve para nuestra piel).
-Utilizar retinol sin supervisión de un especialista. Estos productos son muy buenos, siempre que se haga un uso responsable. A todas las pieles no les funciona el retinol o no les funciona el mismo producto de retinol, la misma concentración, etc.
-Acostarnos sin limpiar el rostro (la limpieza es la base para una piel bonita y sana, hay que limpiar cada noche y cada mañana, aunque no se use maquillaje, con productos adecuados a nuestro tipo de piel).
-Abusar del sol. Está demostrado que es el factor que provoca un mayor envejecimiento cutáneo. No solo provoca manchas, sino que degrada el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico, básicos para una piel joven; profundiza las arrugas y fomenta la flacidez.